Una vez más, Benjamín Vicuña abrió su corazón y detalló como está viviendo este confinamiento por el brote de coronavirus en la Argentina. El actor confesó que experimentó momentos de angustia y ansiedad, mientras que en otros se sientió más optimista y tranquilo.
"El encierro ha sido muy difícil. Han habido diferentes fases, de ansiedad y angustia, pero por momentos soy optimista, veo lo que está pasando en otros países que conozco y quiero, como Italia y España, y creo que esas familias que perdieron a alguien no se pueden ver como números, porque es tremendo el dolor que están viviendo”, detalló Benjamín en un mano a mano con un medio chileno.
“Eso es feroz. Pero creo que hay que entender que esto, de alguna manera, algún día se va a terminar y vendrán otras fases y la vida intenta, a pesar del dolor, reacomodarse y salir adelante. Es un poco lo que todos queremos. Y también dejar esta cosa súper difícil de vivir con el aislamiento, que es complicado porque uno extraña a su familia y a todo el mundo. Mis papás y mi hermano están allá (en Chile) y todos han estado bien de salud", aseguró.
Por otra parte, la estrella chilena sentenció: “Yo tuve miedo. Todos sentimos miedo. Porque finalmente es una enfermedad que nos agarró desde la responsabilidad social de pensar en el otro más que en lo que te pueda pasar a tí… a tu viejo, a tu vieja, o a la gente que quieres”.
Sobre las actividades que intenta hacer durante la cuarentena, Vicuña explicó: “Estoy tratando de hacer deporte y estoy corriendo mucho porque es una disciplina que me ayuda y me sirve a la cabeza. En un momento, hace algunas semanas, cuando la pasé muy mal, dejé de pensar en los proyectos y me preocupé en el ahora, en pasar los días y las horas. Hoy estoy reactivando algunas cosas como un monólogo en el que estoy trabajando y la serie que se detuvo pero que ya arrancaron las videollamadas y las lecturas para ir masticando algo de vuelta al futuro”.
“Pero cada uno tienen sus momentos y sus días, así que también somos respetuosos con eso. Porque así como hay mañanas en que uno se siente menos temerario y casi que saldría a la calle, hay otros días en que uno puede sentir miedo y te puede atacar el pánico”, finalizó.