El Rey Carlos III dejó de comer el foie gras desde hace 10 años, pero con las peticiones de los activistas de los derechos de los animales, anunció la prohibición de este alimento sobre el menú de todas las residencias reales. “Muchas gracias por su carta respecto a las cuestiones éticas del foie gras”, escribió el jefe de la Casa Real, Tony Johnstone-Burt, en misiva dirigida a PETA.
“Puedo confirmar que la Casa Real no compra foie gras ni lo sirve en sus residencias reales, ni tampoco está previsto que esta política cambie”, añadió Johnstone-Burt en la carta, con fecha del 10 de noviembre.
Esto es otra prueba de que Carlos es el soberano con más conciencia medioambiental junto a su esposa Camilla. En Duchy Home Farm, la granja orgánica ubicada en su residencia, la agricultura ecológica y el respeto por el bienestar animal son una realidad desde finales de los años 80 y Carlos dejó de comer hígado de ganso hace 10 años.
Actualmente decidió responder a la demanda de los activistas de PETA que llevan muchos años denunciando la crueldad de los métodos por los que se obtiene el foie gras, en los que se atiborra a los gansos y patos para que sus hígados alcancen un tamaño desproporcionado. Frente a esto, desterró el consumo de este plato de todas las residencias de la corte.
El grupo PETA agradeció inmediatamente su decisión en las redes sociales y son muchos los súbditos que también están del lado del nuevo rey. El foie gras, es uno de los platos fuertes de la cocina francesa y lleva mucho tiempo siendo objeto de acusaciones por parte de otras culturas. De hecho, en Reino Unido está prohibida su producción, pero no así su venta. Y en los últimos años, algunos chefs han desarrollado una versión vegana llamada "faux gras".