La historia de amor entre Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea no comenzó con un flechazo compartido, sino con una conexión silenciosa que él sintió mucho antes de cruzarse con la actriz. Entre anécdotas de juventud, recuerdos de su vida en Córdoba y los primeros encuentros en Buenos Aires, el músico repasó cómo fue enamorándose de la actrzi incluso antes de hablarle por primera vez.
Con el tiempo, los caminos de ambos comenzaron a acercarse. Amigos en común del ambiente artístico y una función teatral marcaron el verdadero punto de partida. Juan Ingaramo la vio sobre el escenario, quedó impactado y esa misma noche compartieron una cena con amigos, donde, según él mismo admitió, los nervios le jugaron en contra. Desde ese instante, supo que había algo distinto. Aun así, respetó los tiempos: “Ella estaba en pareja, así que no activé ninguna estrategia, más que la espera”.
La espera que valió la pena
Antes de conocerse, Juan Ingaramo ya había tenido varios “encuentros” simbólicos con Violeta. En la entrevista recordó que, en su juventud, sin televisión y viviendo “casi indigentes” en una pensión de San Telmo, igual la había visto en una revista y el nombre le quedó grabado. “Había tenido señales de ella en mi vida”, contó. Ese primer impacto se transformó en certeza cuando la vio actuar en Isósceles.
Esa noche salieron a cenar con amigos y él intentó disimular su interés, aunque sin mucho éxito. “Lo sentí, yo estaba muy nervioso”, reveló, recordando que hasta “se le caían los cubiertos” por la tensión del momento. Aun así, no avanzó. Su estrategia fue esperar. Y el tiempo, finalmente, jugó a su favor: cuando se enteró de que Violeta se había separado, decidió dar el primer paso y le escribió para invitarla a merendar. Ese gesto abrió un nuevo capítulo.
Cómo fue el comienzo de su relación
La primera cita de Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea, sin embargo, no fue exactamente como se imaginaba. Él propuso un encuentro a solas, pero ella sugirió sumarse con más amigos. Lejos de desanimarlo, ese cambio terminó marcando su historia:“Fue el día de los enamorados, el 14 de febrero de 2015. Estaba marcado por el destino. Desde ese día no nos separamos más”, recordó en +Caras.
A partir de allí, construyeron una relación sólida, tranquila y basada en la admiración mutua. Juan Ingaramo no oculta lo que siente por ella: “Es una mujer que me encanta, que me parece hermosa, sexy, atractiva. La admiro mucho en lo profesional y en su inteligencia. Siempre aprendo de ella”. El amor se consolidó aún más con la llegada de su hija, Lila, en 2019.
Hoy, una década después, Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea siguen juntos, habiendo transformado aquel amor inicialmente no correspondido en una familia que se sostiene con ternura, respeto y un vínculo que sigue creciendo.
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