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El periodista Luis Novaresio y su marido Braulio Bauab están a punto de cumplir dos años de matrimonio y en diálogo con CARAS, develaron los secretos mejor guardados de su convivencia. “Creo que es una de las cosas más lindas que tenemos”, admitió Braulio.
El ritual de la lectura matinal cada fin de semana, agrega Braulio Bauab , es sinónimo de paz en la relación. “Levantarnos los sábados y domingos, desayunar tranquilos, leyendo todos los diarios. Yo en realidad nunca los compraba, pero ahora este señor periodista político los compra todos. Es hermoso cuando uno llega cansado a la noche y se apoya en el otro. ¡No un apoyo sexual, te aclaro! (Risas). Recostarte en el otro y relajarte. Además con la actividad que tenemos, la laboral y la paternal, si no conviviéramos no tendríamos mucho tiempo para estar juntos", confiesa.
A su lado, Luis Novaresio, que está en LN+ de 10 a 13, de lunes a viernes (y en la misma señal hace sus clásicas entrevistas de medianoche) interviene: “Con el paso del tiempo todo se va transformando, pero en nuestro caso para bien. La convivencia para mí es un hecho inesperadamente hermoso. Yo, por lo general, me levanto antes, preparo el desayuno y se los sirvo a Braulio y a Vera (hija del empresario)”.
Sobre el cálido vínculo con la hija del empresario, Braulio admite que a Luis Novaresio ya lo llama padrastro. “Braulio intentó que me dijera ‘Papastro’ (Risas), pero Vera prefiere llamarme Padrastro y a mí me divierte mucho”. Alguna vez yo le dije a ella: Hijastra”, cierra con humor.
Cómo nació la historia de amor de Luis Novaresio y Braulio Bauab
La historia de amor entre Luis Novaresio y Braulio Bauab empezó mucho antes de que la pareja se flechara. Fue mediante una colega del conductor, Muriel Balbi, que insistió en presentarle alguien a su compañero. Como la respuesta fue negativa, todo quedó en el aire, pero había un detalle no menor que hizo la diferencia: Braulio era vecino de Novaresio.
Pasó el tiempo y como toda historia destinada a ser, un día cualquiera Bauab lo cruzó en la vivienda y le pidió una taza de azúcar. Desde entonces, la relación creció al punto de consumarse en un gran casamiento que ya lleva dos años de plenitud absoluta.
Luis Novaresio y Braulio compañeros de vida y cómplices en la cotidianeidad, lejos de notar un desgaste, viven la convivencia juntos como un estado de gratitud permanente.
