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Valeria Mazza y Alejandro Gravier casi todos los años frecuentan durante agosto el verano europeo, sobre todo las afamadas playas de la Costa del Sol española.
Aprovechando que Valeria es la embajadora del festival artístico Starlite Occident, que se desarrolla durante julio y agosto en el Auditorio Marbella, la icónica pareja se toman sus espacios de vacaciones para alternar la responsabilidad que asumió la modelo.
Las playas de Marbella son entonces su lugar de relax y esparcimiento, pero cuando Valeria y Alejandro buscan un poco más de intimidad prefieren refugiarse en el exclusivo Marbella Club, un paraíso mediterráneo junto a la playa donde reina la sofisticación, la tranquilidad y el buen gusto.
Antes de emprender el regreso a Buenos Aires, la pareja se tomó un día a solas de absoluto espíritu mielero, un revival de aquellas épocas de juventud en las que comenzaron a construir la familia que formaron. Todo fueron risas, confidencias y complicidad, recordando también los episodios inolvidables que les deparó esta temporada, como cuando Taina Gravier (l6) se animó a empuñar el micrófono y debutar como cantante junto al intérprete español Antonio José (29). Un 6 de agosto que la familia nunca se olvidará, el mejor regalo de cumpleaños que podía recibir su padre, que había cumplido el día anterior.
Cómo es el exclusivo resort elegido por la pareja para su estadía.
Fundado en 1954 por el recordado príncipe Alfonso von Hohenhole, el Marbella Club está ubicado en la antigua Finca Santa Margarita, una granja de dieciocho hectáreas en el extremo sur de Andalucía. Su reputación lo convirtió en uno de los puntos de encuentro favoritos del jet set y la aristocracia internacional, ya que por sus instalaciones pasa ron personalidades como Sean Connery, Audrey Hepburn, el duque de Windsor o los Rolling Stones.
En su paso por Marbella Club, ‘Vale’ y ‘Ale’ se desconectaron por algunas horas del mundo exterior para retroalimentar una relación que transita las tres décadas y va por más.
Ya de vuelta en Buenos Aires, Alejandro se dirigió a Bariloche para asistir a un evento que lo involucra empresarialmente: la adquisición junto a un grupo de empresarios amigos del emblemático Hotel Catedral. Enamorado de la ciudad turística y habitué de sus pistas de esquí, Gravier lidera a un grupo de inversores que apuesta un pleno por el aggiornamento y el potencial del establecimiento: “El Hotel Catedral es un símbolo de Bariloche, y estamos comprometidos a preservar su esencia mientras exploramos nuevas oportunidades para su crecimiento”, comentó Alejandro durante la emotiva ceremonia en la que se anunció el business.
Texto: Carlos Cervetto.
Fotos: Fotos: Fran Araujo @araujo_fjr
