Redactora especial
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Karilopez77
El mundo de la música argentina está de luto. A los 77 años, luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio, Cacho Castaña falleció en el Sanatorio de Los Arcos. El gran compositor y genial músico estaba internado desde el 28 de septiembre pasado y en los últimos días su cuadro se agravó por completo. Hoy ya descansa en paz, pero su legado será eterno.
Aquí recordamos la última nota que "Cacho de Buenos Aires" realizó con CARAS junto a su amigo, Ramón "Palito" Ortega con quien compartió escenario año atrás.
Se trata de la historia de una amistad que nació en los tiempos más difíciles y de cómo un “milagro” les permitió cumplir un sueño: compartir el escenario por primera vez y “celebrar la vida”. Y es que a cinco años del duro trance que los unió, Cacho Castaña y Ramón “Palito” Ortega rememoran aquellos días con el peor pronóstico, en los que el autor de “Café la Humedad” luchaba contra una neumopatía aguda que lo mantenía internado, en coma.
“La vida, que es sabia, dijo: ¨Ustedes tenían que encontrarse un día¨. A Cacho la salud le jugó una mala pasada y yo empecé a visitarlo. Me preguntaba ¨¿Me escuchará? Yo tengo que hablarle¨. Y le hablé siempre de música, de shows. Le decía ¨despertate¨, porque estuvo más de 30 días inconsciente, en los que yo seguía hablándole al oído. ¨Dale, tenemos que cantar juntos, salir de gira¨. Así empezó todo. Para nosotros este espectáculo tiene un sentido muy importante. Cuando él se despertó le contaron todo”, confiesa Palito.
“Ramón venía todas las noches a verme a la clínica. No solamente los dos meses que estuve en coma, sino desde antes y también después. Ha venido con su guitarra a cantar y me acompañó en todo momento, Cuando estaba en coma me hablaba al oído y es evidente que algo te queda en el subconsciente. Desperté y es un milagro que lo haya hecho. Creo que sucedió porque Dios lo quiso y porque él insistió para que lo haga. Yo soy muy creyente. El amor puede más que la medicina, es la mejor medicina. ¨Dale, negro, levantate”, me decía. Y aquí estamos. Es una yapa que nos da la vida y la vamos a aprovechar bien”, agrega Cacho y la emoción se siente.
“Nosotros ya hicimos los méritos suficientes para disfrutar de la amistad verdadera, no la de paso, la circunstancial. Podemos tomar un vaso de vino, comer un buen asado y reirnos o tener el momento de reflexión para saber que es un soplo la vida. Que todo pasa muy rápido. Y que la vida es hermosa, breve, pero hermosa. Hoy nos llenamos de buenos afectos y de amor, de la alegría de un abrazo o la de compartir un escenario como en este caso. No podemos dejar de agradecerle a Dios. Cuando Cacho estuvo muy mal y su médico personal no nos daba mucha esperanza, los que los queríamos seguíamos yendo a verlo”, afirma Ramón, quien entraba por la parte trasera de la clínica, guitarra en mano.
“Para mí, además, es mucho más que un doble orgullo, porque mi mamá era muy fanática de Ramón y cantar con él era algo que jamás pensé que ocurriría, porque lo veía muy lejano... Ramón era “El Rey” en serio; yo lo veía por televisión con ella, que lo adoraba. Cuando yo me desperté pensé que hacía dos días que estaba durmiendo pero en realidad hacían dos meses. Fue un shock emocional muy fuerte. Te cambia la vida, le das valor a cosas que antes no. ¿Cómo estoy hoy? Bárbaro, lo negros tenemos un Dios aparte, mal no nos va…Tenemos que levantar las manos al cielo”, dice “Cacho” entre risas y con su característico humor. También asegura que hoy se cuida muchísimo. Hace gimnasia y kinesiología todos los días, toma agua mineral, come verdura, y no toma, ni fuma. “Estoy aburrido”, remata y vuelve a reír con ganas.
“Juntos” es el nombre que eligieron para su show del 11 del mayo, a las 21:00 horas en el Luna Park, que tal vez sea el primero de otros y de una gira por el interior del país. “Vamos a reventarlo”, augura Cacho, quien por momentos recurre a un tubito de oxigeno que también usará “Si es necesario”, a la hora de cantar. El espectáculo, en el que estarán acompañados por 15 músicos en escena, promete “una puesta en escena mágica, en la que los dos cantautores evocan sus vidas y reeditan sus consagrados éxitos”, en un show de dos horas y más de 20 canciones que hicieron historia, con la participación especial de Matías Santoianni.
“Lo de Cacho me hace acordar mucho a lo de Charly (García, a quien Ortega también ayudó en los tiempos más complicados del artista) que me decía: ¨No voy a poder subir nunca más a un escenario¨. Y yo sabía que eso no iba a pasar. Lo llevaba a una capilla allá en Luján y le decía:¨Dale, pedile al Padre Pío¨. Y Charly, que era muy especial, me miraba y luego a la imagen, como diciendo ¨Qué hago¨ . Y no es que yo lo convencí, era que sabía que iba a volver. Lo mismo con Cacho. Con fe y energía se puede”, apunta Palito, un aficionado a la pintura, quien también le regaló a Castaña un cuadro en el que lo pintó como a Elvis Presley. Cacho, por su parte, le compuso a Palito una canción que tituló “El último Rey”. Sobre el espectáculo que sucederá en el porteño estadio ubicado Bouchard y Corrientes, adelantan que habrá un guión, pero que todo va a ir ocurriendo en base a la historia que los atraviesa y a la emoción del momento. “Somos dos amigos que hacen realidad algo que parecía imposible”, expresa Palito. “Va a ser mágico”, concluye Cacho.
(producción: Alicia Blanco)
M.DUBINI/PERFIL