Eran cerca de las 18:00 del sábado y un Ford Mustang 1968 colorado de colección traía en su interior descapotable a los dos grandes responsables de tanta convocatoria. Sonaba el tema “Melodía Desencadenada”, del filme “Ghost”, y en la carpa montada especialmente dentro de los jardines de Espacio Pilar ya esperaban los tres testigos de cada parte. Como siempre lo soñaron y lo desearon, el relacionista público Charly Ronco (45) y el empresario alfarero Nicolás Pottery (37) concretaron este sábado 5 un enlace civil que trascendió las fronteras de la formalidad para convertirse en un verdadero canto al amor. Porque tanto los seis testigos (Andrea Ronco, Soledad Solaro y Julio Fardín, de Charly; Rocío Surge Oliver, Catalina Iannone y Benito Fernández, de Nico) como la jueza de paz que los casó y los invitados que llegaban incesantemente minuto a minuto quedaron rendidos ante semejante devoción recíproca del uno con el otro. Amigos íntimos de la pareja tomaron el mictrófono para expresarles sus deseos, y una de las palabras más autorizadas fue la del celestino de la pareja, el diseñador Benito Fernández. “¡Yo los presenté, yo creé este mounstruo! (risas) ... Nico, sabés que te quiero, sos un amigo del alma, Charly también, son dos personas que quiero mucho, me gusta que estén juntos... El cariño que veo acá es increíble, lo mejor que se puede pedir para ayudar a esta pareja es el afecto de toda esta gente que los quiere de corazón. Les deseo lo mejor, lúchenla, abrázense, todos los que estamos acá les deseamos lo mejor. Beso grande y los felicito, porque los veo divinos a los dos”, dijo el diseñador.
El micrófono ya había cambiado varias veces de mano y le tocaba por fin el turno a uno de los novios. “Gracias por haberme elegido para compartir la vida, que no es menor, estoy super agradecido de que lo hayas hecho. Te amo, me cambiaste la vida y sos lo que siempre quise, la familia que siempre busqué... ¡Gracias Dios por haberte cruzado en mi camino!”, confesó Pottery con profunda sensibilidad. A su lado, Charly le ponía el broche de oro a la primera parte de la ceremonia: “Como te dije en la carta que te mandé, la primera vez que te vi me gustaste, cuando me dijiste te amo me enamoré... Y para mí este momento va a ser una de las noches mas importantes de mi vida, porque estoy concretando el sueño que siempre quise. ¡Te amo!”, sentenció el PR, y los aplausos fueron una lógica consecuencia de su expresividad. Sólo restaba que la jueza formalizara un vínculo que ya se había legalizado el día anterior en el Registro Civil de San Isidro. Les hizo la misma pregunta de rigor a cada uno (“¿querés unirte en matrimonio con...?”) y recibió idéntica respuesta. “Sí, acepto”. Entonces ambos se colocaron las alianzas y salieron caminando del lugar bajo una lluvia de arroz y las felicitaciones de cada uno de los presentes.
Si bien el hecho de que Ronco sea relacionista público alentaba un buen quórum de invitados, la sorpresa ante tantas caras conocidas y afines a la pareja fue general. Valeria Mazza con Alejandro Gravier, Lara Bernasconi y Federico Alvarez Castillo, Analía Maiorana (se confundió de fiesta y permaneció varios minutos en la boda de al lado) con su hija Lola Terra, Claudio Belocopitt con su mujer Gabriela, Andrea Frigerio y Lucas Boccino, Karina Mazzocco y Omar El Bachá, Hernán Nisenbaum y Luly Drozdek, “El Pollo” Alvarez con Tefi Russo, Luli Fernández y Christian Cúneo Libarona, Sofía Zámolo, Chechu Bonelli, Hernán de Laurente y Anto Macci, Agustina Casanova y Lautaro Mauro, Flavia Palmiero con Luis Scalella, Natala Lobo y Ariel Polaco, Javier Iturrioz, Maby Wells y Gonzalo Teijeiro, Jimena Cyrulnik, Eleonora Wexler, Gabriel Corrado y Constanza Feraud, Carolina Baldini, María Eugenia Tobal con Francisco García Ibar, y Ernestina Pais conformaron un impecable boletín de asistencias. Andrea Frigerio sufrió una imprevista baja de presión antes de ingresar al salón de la fiesta, y gracias a la rápídez del security Federico Perroti no se golpeó al desvanecerse. La actriz fue asistida de inmediato y minutos más tarde, ya en su domicilio, tranquilizó a todos con un mensaje de texto en el que confirmaba su recuperación.
Ni bien terminó la ceremonia, la caravana de invitados se trasladó a un jardín contiguo donde fue la recepción. Allí se ofreció un catering de Kiria servido en vajillas de cerámica del taller de Nicolás Pottery, y para bebidas se podía recurrir a la barra de tragos de Negroni o a los vinos y espumantes de Escorihuela Gascón. La ambientaciíon del sector fue de Daniela Zdrodowsky para We Created, con sillones de cuero de capitoné de Fracisco Casa. En plena interacción, los invitados fueron convocados a pasar el salón, y en ese interín podían fotrografiarse sobre una Red Carpet de doce metros de largo con fondo de espejitos. Una vez dentro del salón, en cada mesa esperaban platos de cerámica irregulares, combinados con centros de mesa, servilleteros y paneras de la nueva línea de Pottery. Los novios irrumpieron con una apertura de pantallas de LED y el tema “What a feeling” de Flash Dance, el primero de un celebrado repertorio de temas de DJ Tati, del Grupo Sarapura. En un momento, Charly interrumpió la música y tomó por segunda vez en la noche la palabra,. “Así como dijimos en nuestra reciente nota en CARAS que nuestro amor nos potencia, lo que en realidad nos potencia hoy son todos ustedes con la energia que tienen, con toda la onda que le pusieron... ¡Gracias a todos! Ya lloramos mucho, ahora sólo queda divertirnos y seguir pasándola bien. ¡Y ámense, como nosotros!”, replicó con energía mientras la música subía su voltaje y entraba en escena Andrés Rey, el imitador de Luis Miguel (49). Ya los novios se habían cambiado su vestuario inicial diseñado por Dilect Martínez, que fue una pieza de Jacket clásica con moño y chaleco blanco, por un smoking con solapa de tercipelo diseñado por Jose Valosen, presente en una de las mesas junto a la Directora de CARAS, Liliana Castaño. Cada uno siguió en su sintonía, mientras la noche avanzaba hacia un inexorable, divertido y muy concurrido fin de fiesta.