Ya hace más de tres años lo había intentado mientras se preparaba para asumir su trono de reina. Sin embargo, la reaparición de Máxima Zorreguieta (44) durante la celebración del Día del Príncipe o Prinsjesdag, mostró a una soberana renovada, espléndida, con una envidiable figura. Enfundada en un vestido de uno de sus diseñadores preferidos, el holandés Jan Taminiau, en rosa pálido con estampado de flores en lavanda, Máxima dejó boquiabiertos a súbditos e integrantes de la familia real. En un día nublado y lluvioso, en la que pasearon por las calles de Amsterdam en la tradicional Gouden Koets, el emblemático carruaje renacentista bañado en oro (que realizó su último desfile ya que después de cumplir 117 años, será retirado por un largo perìodo para ser reparado en los Establos Reales de La Haya ), los especialista no dudaron en decir que “Máxima encendió un día apagado, de lluvia. Fue una bella reina bajo un paraguas de cristal; digna de un cuento”. Más allá de las repercusiones por tratarse de un día tan especial para la historia de Holanda, ya que esa jornada marca la apertura oficial del Parlamento, todas las miradas y las lentes fotográficas, hicieron foco en su reina. Dicen que su cambio fue una decisión muy conversada con su marido, Guillermo (48), con quien, obviamente, comparte su debilidad por la buena comida, por los manjares dulces y por las largas sobremesas. Que fue tomada durante sus relajados días de vacaciones. Y que no sólo la tomó por una cuestión estética, sino que también quiere concientizar a todos de comenzar a llevar una vida más sana. Por eso apenas se puso firme en su afán por cambiar su figura y eliminar algunos kilitos que le molestaban a la hora de armar sus looks (sobre todo en cadera y piernas), llamó a un entrenador que le trazó una fuerte rutina de ejercicios aeróbicos —que, según confesó en la intimidad, es lo que más le costó ya que no le gustan los aerobics—, matizando con salidas a correr y mucha bicicleta. Luego, la reina consultó con varios especialistas y decidió recurrir a un método acuñado por la empresa New Fysic que, además, incluye consejos y trucos para no volver a engordar. Precisamente, uno de los mayores fantasmas en la vida de Máxima desde que era pequeña. Según explicó ella misma, más que una dieta, el plan consiste en aprender a comer mejor y por esa razón ella ya estaría aplicando algunos de estos principios a la rutina alimentaria de su marido y de sus hijas, Amalia (11), Alexia (9) y Ariadna (7). Ya que no quiere que las pequeñas deban vivir algunos de los inconvenientes que durante la adolescencia ella tuvo que sortear.
 
         
         
         
         
         
         
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