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Como todo hombre que se ha hecho a sí mismo, Larry Ellison (77) se ríe de las limitaciones. Y es que pese a que el cofundador de Oracle, una de las empresas de software más relevantes, tuvo una infancia difícil (fue dado en adopción y hasta dejó la facultad dos veces) nada de eso le impidió una trayectoria profesional que lo llevó a convertirse en uno de los íconos de Silicon Valley y de la industria tecnológica. Según la revista Forbes, el magnate es hoy dueño de una una fortuna de 106 mil millones de dólares y ocupa el 8vo puesto entre los hombres más ricos del mundo.
Ellison, además, ostenta la fama de ser un multimillonario excéntrico. No solo se compró una de las islas más grandes de Hawaii, Lana’i, por más de 500 millones de dólares; también barcos y mansiones por todo el planeta. Es, además, un apasionado coleccionista de coches y aviones de lujo. Pero el mar, sin embargo, parece ser una de las grandes debilidades del hombre nacido en Nueva York.
Cuando no está ocupado haciendo crecer su imperio, compite en regatas y en 2004 mandó a construir uno de los yates privados más grande del mundo, el “Rising Sun”. Su obsesión por el real estate está relacionado con otra pasión: el arte. Como el magnate no vive en muchas de sus casas, se dedica a convertirlas en museos, repletas de sus colecciones de arte. “Tengo uno para el arte moderno, y tengo uno para el arte europeo del siglo XIX y otro para el impresionismo francés”, señaló en una entrevista televisiva.
“Soy adicto a ganar. Cuanto más ganas, más querés ganar”, dio en relación a su puesto en el ranking de las más grandes fortunas. Casado en cuatro oportunidades y padre de dos hijos, David y Megan, Ellison mantiene una relación con la modelo Nikita Kahn, 48 años más joven que él. Es considerado el “Rey de las bases de datos” y, para muchos, integra la “ sagrada trinidad de la tecnología” junto con Bill Gates y Steve Jobs.
