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Norteamericana de nacimiento pero críada en la Argentina, Joanna Kimball se radicó en Nueva York y fundó BÄAK, su propia empresa de desarrollo inmobiliario. Un día de San Valentín conoció al brooker brasileño Mathias Schweers, y desde ese momento fueron inseparables.
Así fue que durante unas vacaciones en Ilhabella, Brasil, él le propuso casamiento delante de su familia. Fue el punto de partida de una boda soñada que planificaron para septiembre de 2020 en Marrakech, pero que la pandemia llevó a suspender tres veces hasta que se concretó, finalmente, en junio de 2022.
Con 135 invitados, entre amigos y familiares, provenientes de los Estados Unidos, Dubai, la Argentina, Brasil y Europa, los tres días que abarcó el casamiento quedaron imborrables en las retinas y las memorias de todos los presentes.
Habituados a generar experiencias inolvidables, planificaron un fin de semana lleno de eventos afines a la cultura marroquí. Comenzó el jueves con una cena de bienvenida en el Jardín de Lotus y posterior baile en Comptoir Darma.
El viernes se ofreció una variedad de actividades a seleccionar, como paseos en globo aerostático o una recorrida privada por la Fundación de Arte Montresso.
A primera hora de la tarde se organizó una fiesta en el desierto de Agafay en carpas estilo glamping y música de DJ Pandi. La novia lució un diseño de Ghita Lahrichi con detalles dorados y su difunto loro, Pele, bordado en su manga.
Fue llevada en una Mida, una silla sostenida por cuatro personas. Más tarde se sirvió una cena a cargo del chef marroquí Damien Durand, mientras el segundo deejay de la velada, Nicolas Sasson, hizo bailar a todos balo las estrellas del desierto.
Llegó el día de la boda y y todo fue esplendoroso. La estilista de celebridades Babi Moura se encargó del peinado y maquillaje de la novia, que eligió un vestido en silueta sirena de Galia Lahav. Sofía, la hija de Mathias, usó un vestido blanco, y el novio apeló a un smoking azul de Loro Piana con gemelos Cartier.
La ceremonia se llevó a cabo en una plataforma sobre el agua del Palais Namaskar. La pareja ingresó al ritmo de su canción favorita, 'Velha Infancia'. Durante la cena tocó el DJ Mehdi y no faltó un espectáculo de caballos árabes.
Joanna se cambió el vestido por uno más divertido de Berta para seguir bailando cuando subieron los DJ Camilo Franco y Natalie Kreuzmayr.
Siguiendo la tradición brasileña y argentina, los novios invitaron después a una hora de carnaval. A las dos, Carlita extendió con su música los festejos hasta las siete y media del alba. “Tuvimos familia, amigos y una celebración del amor que recordaremos y apreciaremos para siempre”, coincideron los novios, gestores y protagonistas de su propia Fiesta Inolvidable.
