Charlene de Mónaco, la princesa que capturó la atención del mundo con su elegancia y misterio, encontró un refugio lejos del bullicio del Palacio Grimaldi. Este lugar, conocido como Roc Agel, es mucho más que una simple residencia, es un remanso de paz que fue testigo de momentos clave en la vida de la realeza.

La casa secreta de Charlène en Mónaco, lejos del Palacio Grimaldi
A mediados de 2022, Charlene de Mónaco retornó de unas obligadas vacaciones de su país natal, a pesar de encontrarse mejor, durante varios meses fue recluida de las obligaciones de la realeza y del ajetreo del palacio. Por lo que decidió trasladarse a la propiedad que la familia real posee en la frontera de Francia con Mónaco, conocido como Roc Agel.

Esta propiedad es una finca que combina a la perfección lujo y serenidad, ubicada en la zona montañosa de Mont Agel. Posee más de 60 hectáreas de terreno y vistas espectaculares de la Costa Azul, además tiene una granja ecológica en donde se produce todo lo que la cocina del Palacio de Montecarlo necesita.
La historia de esta vivienda está profundamente entrelazada con la familia Grimaldi, fue durante un tiempo el nido de amor de Grace Kelly y el príncipe Rainiero III. A su vez, es el lugar donde se dio el accidente automovilístico que terminó costándole la vida a la icónica actriz estadounidense en 1982.

La decisión de la princesa de refugiarse aquí alimentó fuertes rumores sobre su relación con el príncipe Alberto II. A su vez, el Palacio de Mónaco había anunciado su retorno al principado, pero nunca confirmaron si volvería a vivir en el Palacio Grimaldi. Algunos medios franceses, aseguraban que esta decisión, también se veía relacionada con las tensiones matrimoniales que vivían ambos y la necesidad que ella poseía de tener un espacio para recuperarse.
Esta finca no solo fue un refugio físico, sino un símbolo de resiliencia para la mamá de Jacques y Gabriella. En este entorno natural, fue donde encontró la paz necesaria para recuperarse plenamente en su salud y prepararse para su retorno gradual a sus compromisos oficiales. Con su atmosfera relajada y repleto de naturaleza, fue el lugar ideal para que la exnadadora encuentre su equilibrio.

Sin duda alguna, Roc Agel es un lugar que refleja la dualidad de la vida de la realeza: un espacio de lujo y privilegio, pero también un santuario donde se enfrentan desafíos personales. Para Charlène de Mónaco, esta casa secreta representó una oportunidad para redefinir su papel dentro de la familia real, adaptarse y superar las adversidades que venía padeciendo en lo personal.
VDV