Juan Carlos I vuelve a dar de qué hablar. Desde Abu Dabi, donde reside desde 2020, el rey emérito estaría explorando una propuesta inédita: narrar su vida en formato de miniserie. No se trataría de un documental casero, sino de una producción de gran presupuesto que, de concretarse, podría dar la vuelta al mundo.
Se menciona incluso una cifra tentadora: cerca de 20 millones de dólares para financiar el proyecto. En los corrillos mediáticos también suena un nombre incómodo, el empresario Abderraman El Assir, viejo conocido del emérito y señalado por su pasado como traficante de armas. Según el periodista Juan Luis Galiacho, su influencia sería clave en los primeros contactos.

El proyecto para la serie de Juan Carlos I
La propuesta que circula en el entorno del monarca habla de seis episodios, una mirada a medio siglo de historia reciente. De la Transición y la Constitución de 1978, al papel internacional de España, con inevitable paso por los capítulos más controvertidos: amistades de alto riesgo, investigaciones fiscales y romances que durante décadas alimentaron portadas. El espejo de The Crown es evidente y el objetivo sería competir en impacto con otras series que ya abordan la vida de monarcas europeos.
En la Casa Real, el eco fue inmediato. Felipe VI, firme en su política de preservar la imagen institucional, se habría comunicado con su padre para dejarle claro que un contrato de este tipo pondría en riesgo cualquier regreso definitivo a España. El mensaje fue tajante: aceptar el proyecto equivaldría a cerrar las puertas de Zarzuela.

Las infantas Elena y Cristina, en cambio, se muestran comprensivas con su padre. Creen que, tras años de silencios y titulares ajenos, tiene derecho a ofrecer su propia versión. Esta postura aviva viejas diferencias con Felipe, que percibe el asunto como una amenaza directa a la estabilidad de la Corona. Se dice que, mientras los adultos piensan los riesgos, los nietos del ex rey ironizan en privado sobre los posibles títulos, el casting de actores y los capítulos que más incomodarían a la reina Letizia. El clima familiar se mezcla con humor y tensión, generando un relevo generacional que observa la controversia con distancia.
El proyecto aún no tiene fecha ni contrato cerrado, pero la sola posibilidad de ver a Juan Carlos I convertido en protagonista de una ficción global ya sacude al mundo del entretenimiento y coloca, una vez más, a la familia Borbón en lor titulares.
F.A

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