Palacio de Soestdijk: cómo es la histórica residencia de la reina Juliana

El Palacio de Soestdijk, ubicado en los alrededores de Baar, Países Bajos, es uno de los símbolos de característicos de la historia real holandesa. Esta majestuosa residencia no solo es conocida por su arquitectura increíble, sino también por la basta conexión que tiene con la realeza, principalmente con la Reina Juliana.

Palacio de Soestdijk: cómo es la histórica residencia de la reina Juliana

El Palacio de Soestdijk se remonta al siglo XVII, construido en 1650 originalmente como una casa de campo para Cornelis de Greff, destacado político de la época, el palacio se transformó en pabellón de caza entre 1674 y 1678 bajo dirección de Maurits Post, pasando después por numerosas reformas y propietarios, hasta convertirse en una residencia real.

En 1937, se transformó en la residencia permanente, de la entonces, princesa Juliana y luego de casarse, también, de su esposo, el príncipe Bernardo. Con el paso de los años, se convirtió en un lugar de encuentro para toda la familia real, como también para los dignatarios y figuras importantes de todo el mundo.

El edificio central del Palacio, está ubicado entre dos secciones simétricas, con tres pisos cada una y dos ascensores para el transporte vertical, es un claro ejemplo de arquitectura neoclásica. Los jardines que rodean la propiedad, diseñados en estilo inglés, le dan un toque de serenidad y belleza al paisaje natural, repleto de amplios prados, estanques y senderos bordeados de flores.

Tras el fallecimiento de los reyes, en 2004, el lugar quedó deshabitado, a pesar de haber vivido allí hasta que su fallecimiento, la propiedad pasó, en 1971, a ser propiedad del Estado, quien por años lo mantuvo abierto como museo. En el 2017, pasó a manos privadas, ya que se vendió al grupo MeyerBergman Heritage Group por 1,7 millones de euros. Existe un proyecto con distintas modificaciones que será hecho por Made in Holland, buscando incorporar nuevas funciones como instalaciones hoteleras, hasta espacios para eventos y áreas residenciales.

La familia real, luego de la muerte de la querida Juliana, sacó las pertenencias que quedaban de ella y su esposo en el lugar, por lo que no hay ningún objeto personal que muestre, como fue la vida de los abuelos del rey Guillermo. Esto logró que con el paso de los años, la construcción haya empezado a lucir el abandono.

Son muchas las actividades programadas a diario para los visitantes del Palacio Soestdijk, desde exposiciones de arte, hasta con algunas de las joyas más importantes de la Corona holandesa. A pesar de que solo quedan los recuerdos de los momentos en que la reina Juliana residió en este lugar, los visitantes no dudan en darse una visita desde las salas de recepción formales y los jardines circundantes.

VDV