Desde muy joven, Estefanía Grimaldi desafió las reglas de la realeza y se ganó la fama de “niña rebelde” del principado. Marcada por la tragedia de la muerte de su madre, Grace Kelly, y protagonista de romances escandalosos, hoy lleva una vida discreta, dedicada a su familia y a causas solidarias.
La vida rebelde de Estefanía de Mónaco
La princesa nació el 1 de febrero de 1965 y, desde pequeña, mostró un carácter fuerte, independiente y poco dispuesto a seguir el protocolo. Su vida cambió para siempre a los 17 años, cuando viajaba junto a su madre en el auto que se accidentó camino a Mónaco. Grace Kelly murió al día siguiente y Estefanía, que resultó herida, quedó marcada por el dolor y por los rumores que insinuaban que era ella quien conducía.
Inquieta y alejada de la vida tradicional, la princesa fue expulsada del colegio por mal comportamiento y vivió romances que incomodaron a la familia real. Su primer gran amor fue Paul Belmondo, hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Más tarde salió con Anthony Delon y se convirtió en un ícono de estilo: trabajó en Christian Dior, desfiló como modelo y lanzó su propia marca de trajes de baño, Pool Position.
Uno de los capítulos más polémicos de su vida fue su relación con su guardaespaldas, Daniel Ducruet. Tuvieron dos hijos, Louis y Pauline, y se casaron en 1995. Pero solo un año después el matrimonio terminó tras la filtración de fotos de Ducruet manteniendo relaciones con una stripper. Con el tiempo volvió a enamorarse de otro guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, padre de su hija menor, Camille.
A principios de los 2000 sorprendió al dejar el palacio y mudarse a un motorhome para recorrer Europa junto a sus hijos y su pareja de entonces, el domador de elefantes suizo Franco Knie, con quien vivió una vida nómade y circense. Poco después mantuvo una relación con el acróbata portugués Adans Lopez Peres, diez años menor.
Tras la muerte de su padre en 2005, Estefanía Grimaldi bajó su perfil y se dedicó a causas solidarias. Una de las más conmovedoras fue su lucha por salvar a dos elefantes, Baby y Nepal, a quienes terminó adoptando. Hoy disfruta de una vida más tranquila y familiar. En 2023 su hijo Louis se convirtió en padre de su primera hija, Victoire, y en 2024 llegó su segunda nieta, Constance. Aunque siempre fue reservada, quienes la conocen aseguran que ser abuela le devolvió una nueva luz.
F.A
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