El príncipe Jacques y la princesa Gabriella, los mellizos de Mónaco que son la esperanza de la Corona, crecieron bajo el marco institucional del Principado, acompañando a sus padres en actos públicos y celebraciones oficiales. A poco más de 10 años de su nacimiento, su presencia en la vida monárquica empieza a ocupar más protagonismo.
La esperanza de la corona, los mellizos Jacques y la princesa Gabrielle de Mónaco
El príncipe Jacques y la princesa Gabriella, los mellizos de Mónaco que son la esperanza de la Corona, se formaron dentro del entorno institucional del Principado, presentes en ceremonias y eventos junto a sus padres. Con más de una década desde su nacimiento, su participación en los actos de la familia real comienza a adquirir mayor visibilidad.

Los mellizos, hijos del príncipe Alberto II y la princesa Charlene, cumplieron diez años en diciembre de 2024, consolidándose como protagonistas de una nueva etapa en la historia de la Casa Grimaldi. A pesar de que la niña nació primero, quien ostenta el título de príncipe heredero es su hermano, siguiendo las leyes de sucesión del Principado.
Durante estos diez años, Jacques y Gabriella crecieron bajo la mirada atenta de los medios y del pueblo monegasco. Su presencia en el tradicional saludo desde el balcón del Palacio Principesco, cada 19 de noviembre en el Día Nacional de Mónaco, se volvió una imagen habitual. Cada uno vestido con atuendos elegantes, marcando la continuidad del legado familiar.

En la misma línea, la princesa Charlene compartió en diversas ocasiones imágenes de sus hijos en redes sociales, mostrando momentos cotidianos, como el inicio del ciclo escolar o actividades deportivas. La presencia activa de los mellizos en redes sociales les permitió a los ciudadanos y seguidores de la familia real conocer una faceta más cercana a ellos.
La educación de Jacques y Gabriella de Mónaco es una prioridad para sus padres. Ambos niños asisten a la escuela François d’Assise-Nicolas Barré, una institución privada ubicada en el corazón de Mónaco. Allí reciben formación académica en francés e inglés, además de participar en actividades culturales que refuerzan su desarrollo.

A su vez, el príncipe Alberto II expresó en distintas entrevistas que busca preparar a sus hijos para asumir responsabilidades futuras, sin imponerles un camino rígido. En ese sentido, se tiene en cuenta un equilibrio entre la vida pública y el espacio privado, permitiendo que los mellizos vivan una infancia lo más normal posible.
A medida que Jacques y Gabriella crecen, su papel dentro de la monarquía monegasca adquiere mayor relevancia. Representan una generación que combina tradición y modernidad, en un contexto donde la estabilidad institucional es clave para el desarrollo del principado. Su formación, exposición pública y vínculo con la ciudadanía los posicionan como figuras centrales en el futuro de Mónaco.

El príncipe Jacques y la princesa Gabriella, los mellizos de Mónaco que son la esperanza de la Corona, continúan su recorrido dentro del marco institucional del Principado. Su participación en actos oficiales, su formación y el lugar que ocupan en la estructura monárquica reflejan el papel que comienzan a asumir en esta nueva etapa de la familia Grimaldi.
VDV

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