Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro poseen un exclusivo refugio en el sur de Argentina, un idílico rincón que parece extraído de una obra de arte. Este proyecto hotelero, conocido como Estancia Pilpilcurá, es uno de los tesoros más discretos de la realeza y, al mismo tiempo, un destino irresistible para quienes buscan disfrutar del lujo en su forma más serena y reservada.
Ubicado a 75 kilómetros de Bariloche, este hotel ha recibido a personalidades destacadas y se destaca como un refugio donde la elegancia y la discreción se entrelazan con un entorno natural de incomparable belleza. Fue, además, el escenario donde nació la amistad entre Máxima y la ex primera dama Juliana Awada.
Las dos comparten una afinidad por la moda, la cultura y su amor por la Patagonia, donde disfrutan de extensas jornadas al aire libre. La reina no sólo ha sido anfitriona de la ex primera dama en Pilpilcurá, sino que también coincidieron como vecinas en un exclusivo barrio privado en Villa La Angostura.
El refugio patagónico de Máxima: lujo y naturaleza
Con vistas excepcionales al río Pichileufu desde sus salas principales y solo cinco habitaciones decoradas con cálidos detalles en madera nativa y tejidos artesanales, cada rincón de la estancia está pensado para ofrecer un ambiente de tranquilidad y privacidad inigualable.
La decoración combina elegancia europea con toques característicos de la cultura local, mientras amplios ventanales inundan los espacios de luz natural. Muchas de las estancias cuentan con terrazas privadas, desde las cuales es posible contemplar cóndores en pleno vuelo o admirar las aguas cristalinas del lago cercano.
Las suites principales destacan por su decoración con tapices importados de Holanda, un sello distintivo de la Reina, quien se ha encargado de supervisar minuciosamente cada detalle del diseño.
El hotel dispone de una variedad de servicios exclusivos que rivalizan con los mejores resorts europeos. Entre sus instalaciones destacan un spa con tratamientos personalizados, un gimnasio con equipamiento de última tecnología y una piscina climatizada con vistas al lago.
Uno de los mayores atractivos del refugio, donde Máxima solía celebrar las Fiestas, es su área de wellness, que combina hidroterapia inspirada en tradiciones holandesas con el uso de hierbas locales, creando una experiencia verdaderamente singular.
N.L
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