Han pasado dos años de aquel día que marcaba la primera página de un nuevo capítulo de la realeza británica. El 19 de mayo de 2018, el Príncipe Harry le daba el 'sí quiero' a Meghan Markle en la capilla de San Jorge en una ceremonia que movilizó a todo el mundo y que transmitió la imagen de un auténtico cuento de hadas. Dos años más tarde, la historia es diferente, los Duques de Sussex supieron movilizar a la Corona, se alejaron de ella y comenzaron a marcar su propio camino muy cerca de los reflectores de Hollywood.
Corrió mucha agua bajo el puente pero lo que no sobró fueron los escándalos mediáticos que llevaron a los enfrentamientos reales. Meghan logró tener la atención de toda la prensa y el destrato de la Reina Isabel y todos sus subditos. A todas estas especulaciones, se le sumó un enfrentamiento con Kate Midlenton, la esposa del Príncipe Willian y una de las preferida de la Reina.
Con la llegada de Archie, el mundo pensó que reinaría la paz en la familia Windsor, pero al parecer esto no fue así. El pequeño también fue el foco de muchas disputas y peleas en la corona: desde su nombre, su crianza y el título, al que sus padres renunciaron, despertaron aún más la furia de la gran monarca.
En medio de todo esto, en enero de 2020, Harry y Meghan el planean desvincularse del seno de la familia real. El 31 de Marzo de este año se produce la separación de la pareja de la monarquía británica. Ni Isabel II pudo convencer a su nieto de cambiar de opinión. La pareja renunció a sus títulos de “altezas reales” , a los fondos públicos que recibía y a su calidad de miembros activos de la familia real. Dejaron todo y quisieron formar una nueva vida en Canadá, con ayuda del Príncipe Carlos, quien financió parte de esta travesía.
Tiempo después, lo ex Duques de Sussex apostaron a una vida en Los Ángeles y muy cerca de la carrera actoral de Meghan quien, en los próximos meses, enfrentará un gran desafío con Disney. Mientras que Harry se encarga de la crianza del pequeño Archie y mantenerse frente a la fundación "Archewell".