Única hija y con título nobiliario de princesa, dos condiciones que le complicaron un poco la vida a Marta Luisa (47) a la hora de entregarse al amor. La heredera de la corona noruega se enamoró perdidamente de Durek Verret, un ex actor estadounidense, de 44 años, convertido en chamán. Tras oficializar el romance, a la princesa le pidieron que renuncie a su condición y se generó un debate en la sociedad, que la ubicó en medio del escarnio público. Finalmente la historia tuvo un final feliz y trascendió que los reyes -después de íntimas conversaciones en familia- aceptaron la relación de su hija.
De hecho, varios medios se hicieron eco de esta historia de amor y desde sus editoriales pidieron la renuncia de la hija del rey Harald. Sin embargo ella permaneció firme: "No es algo que considere. Soy parte de esta familia y lo seré siempre. He pasado por esto muchas veces antes. No es peor ahora, quizás más intenso, porque ha sido en pocos días", sostuvo invitada al ciclo Buenos días Noruega, al que acudió acompañada por su pareja.
Por estos días, Marta Luisa viajó a Oslo con Verret para llevar a cabo una gira conjunta de meditación por cinco ciudades noruegas. La pareja aprovechó la ocasión para realizar la presentación formal ante los reyes, quienes ya dieron el visto bueno de este amor. De hecho, el chamán manifestó su felicidad tras el encuentro: "Ellos son encantadores, increíbles. Fue la experiencia más bonita de mi vida", dijo. Cabe destacar que la princesa es cuarta en la línea de sucesión al trono y renunció en 2002 al tratamiento de Alteza Real para poder trabajar. De esta manera, se convirtió en una ciudadana más.
No es la primera vez que la heredera de la corona es noticia por sus romances. En 2002 se casó con el escritor Ari Behn, padre de sus tres hijas: Maud Angelica (16 años), Leah Isadora (14) y Emma Tallulah (11). Se divorciaron tras 14 años de matrimonio con un escándalo de por medio: Behn lanzó un libro en el que relató varias de las internas de su relación, al que tituló "infierno". Este gesto fue repudiado desde el circulo íntimo de la monarquía noruega.