Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]
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A esta altura, la imagen pública de Meghan Markle y el príncipe Harry no es la mejor. El último capítulo del escarnio público sumó fuertes críticas luego de que trascendiera que los duques de Sussex viajaron a Niza en un vuelo privado que costó una fortuna. De la vereda de enfrente, pareciera ser que el príncipe William y su esposa, Kate Middleton, quisieran dejar por sentado un claro "statement": empatizamos con el pueblo. Un golpe de efecto en los tiempos que corren y que lleva un bálsamo esperanzador a los problemas que atañen a la corona británica.
Por lo menos eso se desprende luego de su actuar. Los duques de Cambridge se dirigieron con sus hijos a Aberdeen, cerca de Balmoral, para sumarse a las vacaciones de la Reina Isabel II. Lo hicieron en un vuelo comercial de FlyBe, que según confirmaron varias fuentes, habría costado solamente ochenta euros por pasajero. Una decisión bastante acertada y diferente a la de la ex actriz y el hijo menor de Diana de Gales.
Pero las críticas a los Sussex no sólo fueron por el dinero destinado a sus vacaciones. Según reveló el Daily Mail, los jets privados que Harry y Meghan usaron pudieron haber arrojado al medio ambiente 12.5 toneladas de dióxido de carbono por cada viaje. Ellos hicieron cuatro y representa seis veces más a la contaminación producida por un vuelo comercial.
No quedan dudas de que las comparaciones entre ambas casas reales dejan en falta a Meghan y Harry, quienes han sido catalogados como hipócritas e insensibles. Así mismo, varios medios empiezan a empatizar aún más con Kate iddleton, a quien ya han apodado como "la nueva princesa del pueblo", en clara alusión a la fallecida Lady Di. Algo que seguramente no le gustará oír a Harry y posiblemente incremente la existente grieta con su hermano William.
Ahora sólo queda pensar en una sóla cosa: ¿Cuál será el movimiento maestro de los Sussex para limpiar su imagen? Por lo pronto, Isabel II tendrá que seguir lidiando a sus 93 años con varios dolores de cabeza, que se incrementaron desde la llegada de Meghan Markle a su familia.
