Una nueva preocupación golpea a la corona británica y es que la reina Isabel II se vio obligada a cancelar su agenda oficial por primera vez en años desde que asumió su reinado el 2 de junio de 1953, por problemas de salud. La monarca de 93 años tuvo que suspender sus obligaciones por padecer una leve gripe, según informaron desde Buckingham Palace. Lo cierto, es que se especula que esta recaída es producto -ni más, ni menos- que por el disgusto que le ha ocasionado la partida de su bisnieto, el príncipe Harry, de la familia real.
Para sumarle más dolores de cabeza a Isabel, la desvinculación de los duques de Sussex vino precedida de la dimisión de su hijo favorito, el príncipe Andrés de York, que se vio involucrado en el caso de abusos del magnate Jeffrey Epstein.
No hay cuerpo que pueda lidiar con tanto estrés y finalmente la Reina cedió: según confirmó la periodista Rebecca English la monarca deberá permanecer en reposo hasta nuevo aviso. Es por eso que su visita al Instituto de mujeres de Sandringham tuvo que ser aplazada.
La preocupación en el pueblo británico es grande ya que teniendo en cuenta la avanzada edad de Isabel, un resfrío podría significar la puerta a un cuadro de salud mucho más alarmante. Sin embargo, desde las fuentes oficiales llevaron tranquilidad al asegurar que se está recuperando de manera rápida.
La última aparición pública de la monarca británica fue el pasado fin de semana junto a su hijo el príncipe Andrés y tenía muy buen semblante, como siempre.