L uego del estallido de colores que lució para la celebración del “Día del Rey”, Máxima (50) cumplió con el riguroso luto que impone el “Día de la Liberación”, uno de los eventos más relevantes de Holanda en la que se conmemora el retiro de la fuerzas de ocupación nazi y se homenajea a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto.
Por eso el 4 y 5 de mayo, desde 1990, todo el pueblo para sus actividades normales para recordar el “Bevrijdingsdag”, que este año finalmente pudo volver a hacerse con público. Con un exquisito tapado de lana negro con pequeños detalles de terciopelo de uno de sus casas de moda preferidas, Natan, la Reina se mostró visiblemente conmovida.
Firme junto al rey Guillermo Alejandro (55), como ya es tradición, depositó un arreglo floral en el Monumento Nacional a los caídos que se encuentra en Amsterdam. Y completó su outfit (el clásico tapado que luce desde 2006) con un sombrero, también negro, de Phillip Treacy, pendientes de perlas y un gran broche de brillantes.
Después de realizar la ofrenda floral, los monarcas cumplieron con los dos minutos de silencio, cuando el reloj marcaba exactamente las 5.50 horas del miércoles 4 de mayo, tal como lo mostró guacamouly.com. Entonces fue cuando, ante el silencio que imponía la emotiva ceremonia, una vez más Máxima no pudo evitar que su emoción le ganara al estricto protocolo real y dos lágrimas rodaran por sus mejillas ante la atenta mirada del Rey, quien no dudó en apretar su mano y acercarle un pañuelo.