Dicen que la lluvia es un buen augurio. Que las tormentas son la mejor manera de comenzar nuevas etapas porque purifican y limpian lo malo para dar paso a algo mejor. Y así, el viernes 8 a las 20.30, mientras la lluvia lo regaba todo, Raúl y Laura Lavié se unieron ante Dios tras 35 años de matrimonio civil. La emotiva ceremonia religiosa fue en la Parroquia María Madre de la Iglesia y la fiesta para ciento cincuenta invitados en el Club San Carlos, dentro del Country que lleva el mismo nombre. El presidente Mauricio Macri asistió unto a su esposa Juliana Awada.
El día había comenzado muy temprano para la novia, quien estuvo hasta último momento coordinando todos los preparativos con la organizadora del evento Sofía Entzinger. A las 16 horas la novia llegó junto a su amiga, Graciela González, a la Suite del Sheraton de Pilar, donde se prepararon para la gran noche. La dirección del exclusivo hotel les hizo enviar un delicioso té para agasajarlos.
Con los nervios propios de toda novia a punto de dar el “sí”, Laura se puso en las manos de los profesionales que se encargaron de su look para el gran día. El estilista Sebastián Gómez maquilló y peinó a la novia, con la consigna de que tanto el make up como el peinado fueran naturales.
La diseñadora Claudia Arce acompañó a Laura durante toda la previa. El vestido de línea imperial sirena fue realizado en gasa de seda natural y encaje suizo con hilos de seda. El color elegido para este diseño exclusivo fue un nude rosé, ya que Laura no quería vestirse de blanco. Los aros de perla y el clutch también fueron realizados por Arce, a tono con el vestido.
El novio se alistó en la habitación contigua para no ver a la novia durante la previa. Acostumbrado a los escenarios y los sets de televisión, Raúl cuidó cada detalle de su look. El artista lució un jacket de alpaca super 220 con botones entelados, camisa blanca de seda natural alforzada con puño doble para gemelos de oro, pantalón tizado en paleta de grises, chaleco negro en satén de seda con lunares al tono, corbatín con detalle de piedra Swarovski y zapatos de charol negro acordonados, diseñado especialmente por Daniel Casalnovo y su hijo Lautaro.
Cuando el reloj marcaba las ocho, Laura partió del hotel rumbo a la Parroquia para comenzar la ceremonia. Tal como estaba previsto, la novia ingreso a la Iglesia a las 20.30 del brazo de su hermano Rafael Basualdo Lebraud. Visiblemente emocionada, caminó hacia el altar donde Raúl la esperaba con una gran sonrisa.
La ceremonia fue breve pero muy emotiva. Los novios no se soltaban la mano y al momento de los anillos Laura no pudo contener las lágrimas al oír a Raúl cantarle el “Ave María”, tocado en el violín por Sergio Israel. Debido a la intensa lluvia, los novios saludaron a los invitados dentro de la Parroquia, para luego subirse al auto que los llevaría hasta el Country San Carlos para comenzar la fiesta.
A medida que iban llegando, los invitados fueron recibidos con una recepción que incluía tablas de fiambre, mariscos, ceviche y pulpo, y una barra especial de tragos con Campari y Fernet Branca. Cuando los flamantes esposos ingresaron al Club San Carlos se escuchaba “Piú” de Ornella Vanoni, una canción que acompaña a la pareja desde el día que se conocieron.
A las 22 horas, el DJ hizo sonar “Ciudad Mágica” de la banda Tan Biónica para el ingreso al salón del presidente Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada, invitados especiales a la boda. Lavié y su mujer recibieron a la pareja y los acompañaron hasta la mesa principal. “Su entrada fue tan natural. No hubo nada de protocolo. Mauricio y Juliana estaban sonrientes y relajados. Saludaron a todos y nos agradecieron por la invitación”, dice Laura.
Una vez que el Presidente y su esposa ocuparon sus lugares, se dio comienzo a la cena, a cargo del chef marplatense Simón Sánchez Trías. El plato fue un tournedo con corazón del pacífico, gastric de moras y crema suave de mostaza y estragón, acompañado con una guarnición de boñatos al pastor. De postre, se sirvió un tiramisú trufado inuetto.
Tras la comida, Mauricio Macri y Juliana Awada, se despidieron de los novios con un efusivo abrazo. “Vinimos porque lo quiero mucho a Raúl. Tenemos una relación de muchos años, y cada vez que me he encontrado con él me ha dado un buen consejo. Para él era un día especial e hizo el honor de invitarme, por eso quise pasar a saludarlo. Les deseo todo lo mejor para esta etapa que comienzan y que nada cambie. Se aman y son muy lindas personas”, le dijo el Presidente a CARAS antes de retirarse del lugar.
Con shows de Sin Brothers, una banda tandilense de folk y swing de los ‘40 integrada por Cristián Cuba Domínguez, Franco Sachetto y Lucas Corsi; y del saxofonista Ricky Saxon, los novios e invitados salieron a la pista para darle comienzo al baile, que se extendió hasta las seis de la mañana.
Invitadas de lujo, Patricia Sosa y Valeria Lynch cantaron el clásico de Pappo “Un Viejo Blues”, acompañadas por el novio, y juntos presentaron un emotivo video que contaba la historia de 35 años de amor de Raúl y Laura.
El compositor Ángel Mahler junto a su pareja Dolores Stabilini, Ramón “Palito” Ortega, Lalo Fransen, Luis Barrionuevo, Oscar Mediavilla y Andrea Ghidone, completaban la lista de personalidades invitadas al enlace.
Rodeados por sus hijas Agustina y Manuela, los tres hijos de Raúl: Dolly (del primer matrimonio con Lidia), y Leonardo y Gastón Satragno (hijos del artista con Pinky); nietos, yernos y nueras, los novios cortaron la torta de bodas realizada por Connie Cakes.
Más tarde, la mujer del fallecido poeta y cantante Horacio Ferrer, Lulú, leyó un poema que su marido le había escrito a Laura hacía 35 años.
Tras la noche de bodas en el Sheraton de Pilar, la pareja volvió a su casa en el Country San Carlos para ultimar los detalles de la Luna de Miel, que comenzó en Barcelona el 13 de abril, y continuará por Niza, Montecarlo, Santigo de Compostela, Porto Lisboa, Valencia y Palma de Mallorca.
Para Raúl y Laura poder dar el “sí” en la Parroquia María Madre de la Iglesia fue un hecho inolvidable que selló de la mejor manera está historia de amor que lleva ya 35 años. “Nunca olvidaré esta noche tan especial. Viví momentos muy emotivos. Cuando se abrieron las puertas de la Iglesia y lo vi a Raúl esperándome al pie del altar, el momento de comulgar vestida de novia que tanto había soñado, el escucharlo a él cantarme el ‘Ave María’ al intercambiarnos los anillos, y escuchar la lluvia mientras sonaba el ‘Aleluya’ de Handel mientras salíamos de la Iglesia. Fue muy emocionante poder compartir con nuestros hijos, nietos, familia y amigos este importante momento en nuestra vida. Y lo que más me emocionó que ellos estaban tan felices como nosotros. La presencia de nuestro presidente Mauricio Macri y su mujer Juliana, completó nuestra felicidad. Estuvieron tan sencillos, tan naturales. Esta noche quedará grabada en mi mente para siempre”, confesó emocionada Laura.