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ACTUALIDAD 23-05-2017 10:03

Lucía Celasco cuenta sus secretos de estilo y belleza

La debilidad de Susana Giménez es una It Girl e influencer que construye su propia marca, impone tendencia y lanza su primer libro. Galería de fotosGalería de fotos

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Lucía Celasco jamás buscó llamar la atención. De chica, cuando revisaba el vestidor de su mamá y jugaba a ser diversos personajes lo único que quería era que nadie la invadiera. Amaba sus momentos solitarios. Y cuanto más inmiscuida estaba en ese universo de fantasía en el que solo ella entraba, paradójicamente más acaparaba las miradas. En esa naturalidad para encontrarse, sin pretensiones de aprobación ajena, radica el encanto de una It Girl que lo único que no logra es pasar desapercibida. “Soy Lucía Celasco, tengo 23 años y nací en Buenos Aires. Soy hija de Eduardo Celasco y Mercedes Sarrabayrouse, hermana de Manuel y nieta de Susana Giménez, una de las figuras más importantes de la televisión argentina, aunque para mí siempre será Kika. Vivo en Barrio Parque, con mi mamá, mi hermano y nuestras mascotas Toto y Simón, gato y perro respectivamente, que son la debilidad de la casa. Soy una digna chica de Sagitario: sincera, optimista, independiente y muy compañera de mis amigos. Me considero una persona introvertida con un mundo interno inmenso en el que suelo refugiarme. Soy algo inquieta, muy curiosa y un poco distraída. Me encanta viajar, conocer gente y culturas distintas. Disfruto de las cosas más simples, no necesito demasiado para ser feliz. Saliendo a comer, celebrando en familia, pasando un rato con amigas o con mi novio me siento completa”, así se presenta Lucía en su primer libro “Diario De Estilo”.

Y sin darse cuenta, a su corta edad, la joven comienza a ser su propia marca. “En mi vida las cosas se dieron a la inversa: primero la exposición y luego las ganas de hacer algo con ella, de exprimir al máximo ese nuevo capítulo. Lo vi como una oportunidad y un desafío, en el que aterricé sin las herramientas adecuadas. Solo el paso del tiempo y la experiencia pudieron ayudarme a encontrar la manera en la que podía lidiar con eso. Y hoy soy yo la que toma las decisiones porque estoy más segura y sé cuáles son mis límites, qué quiero compartir, qué no quiero y cómo hacerlo. De a poco, voy dando los primeros pasos hacia una reformulación de esa realidad”, se explaya la novia desde hace cuatro años y medio del empresario gastronómico Joaquín Rozas (27). En el ejemplar la influencer se refiere a su “ADN urbano, simple y cómodo”, a su lifestyle, a su rutina de gym y sus clases de yoga Ashtanga, da tips de belleza y moda, enumera los diez must have del nécessaire, comparte sus preferencias artísticas y hasta recomienda sus lugares favoritos en Buenos Aires y el mundo.

—¿Cómo surgió el proyecto del libro?

—Fue una propuesta de la editorial Planeta. Lo pensé mucho antes de decir que sí porque era algo nuevo y diferente, pero estoy chocha con el resultado. Desde chica siempre fui de escribir cartas para los cumpleaños u ocasiones especiales, me siento y expreso mucho mejor escribiendo que hablando.

—¿Cómo fue el proceso de escritura?

—Para escribirlo repasé todos los posts que hice en mi página lucelasco.com los últimos dos años y me fijé qué me gustaba y qué sentía que faltaba. A eso, le sumé muchas búsquedas en blogs, libros y revistas. De a poco, empecé a encontrarle la vuelta a lo que hoy es un #DiarioDeEstilo.

—¿Qué sintió cuando le dieron el primer ejemplar?

—Me gustó verlo impreso, tenerlo en mis manos. Ver realizado el desafío fue muy gratificante porque el libro representó una experiencia enriquecedora y exigente. Muchos meses de pensar, de escribir y hacer todo lo posible para que este proyecto saliera adelante. Siento mucha responsabilidad en generar contenido de calidad y eso no es fácil.

A Lucía le gusta la ropa, más allá de lo que se use en cada temporada. Admira los looks de Its Girls como Kendall Jenner, Chiara Ferragami y Leandra Medine pero nunca siguió un precepto estético a rajatabla. Por eso, cuando terminó el secundario y comenzó a cursar la carrera de Producción de Moda, no soportó las estructuras. “Aprendí que rindo más cuando tengo la libertad de explorar todo a mi ritmo, sin la presión de los finales y las entregas universitarias. Me acuerdo que me inspiraba más estar tardes enteras viendo las revistas de moda que mi mamá traía de sus viajes”, asegura. Su primera experiencia en el mundo fashion llegó cuando aceptó la propuesta de “Como Quieres que Te Quiera” para ser la cara y creadora de una colección cápsula. La repercusión fue tan buena que inmediatamente se convirtió en la preferida de las campañas publicitarias e incluso hoy es la imagen y una de las diseñadoras de la marca de su tía Mariana Toledano, “Lovely Denim”. “Me atraen los proyectos que representan mis gustos estéticos y mi estilo de vida… En ese sentido, no podría hablar de cómo disfruto mis días sin mencionar mi pasión por los libros. Leer fue la actividad que más realicé. Siempre fui solitaria y tranquila, y, para la gente como yo, un libro es el mejor aliado que pueda existir. Las películas y series son mi otra gran compañía. Si tengo una noche sin plan con mi novio, una buena opción siempre es ver algo que combine las preferencias cinematográficas de ambos. Nuestra selección es variada y contiene todo tipo de peliculones, como “Scarface”, “Diamantes de Sangre” o “Ciudad de Dios”… A su vez, soy una fanática del arte corporal, mis 12 tatuajes definen mi look. El primero que me hice fue una cruz gótica. En mi familia, las cruces son símbolos que abundan en varios formatos. A mí me gustan, pero no por su aspecto religioso. Mis papás me daban permiso solo si aprobaba todas las materias y así fue. Cada vez que veo ese diseño tatuado en la parte inferior de mi muñeca me acuerdo de aquel esfuerzo. Después, me tatué una rosa cuando estudiaba francés a los 18 años. Me pareció súper femenina la combinación de la palabra francesa Bonheur (felicidad) y la flor. Cuando viajé a Los Ángeles con dos amigas me hice el happy buda sordo. Una de ellas tiene el ciego y la otra, el mudo. Lo compartimos para recordar unas vacaciones en las que nos divertimos muchísimo. Y otros de mis tattoos son un corazón de leopardo en el brazo que comparto con mi novio y la leyenda “MADE IN BS AS” en honor a la ciudad donde nací que es mi lugar en el mundo”, destaca en el mismo libro donde dice que con el tiempo vio a la exposición como una oportunidad para desarrollar lo que le gustaba.

—¿Cómo aprendió a hacerse cargo de la influencia que tiene en miles de jóvenes?

—Al principio me costaba mucho la exposición, no me podía acostumbrar o sentirme cómoda del todo. Con los años logré relajarme y sacarle jugo a eso, hoy hago lo que me gusta y a mi manera.

—¿Por qué cree que se convirtió en una influencer? ¿Qué considera que admiran las chicas de usted?

—No sé en concreto porque no fue algo que busqué, se dio naturalmente. Lo fundamental es siempre mostrarse como uno es, ser lo más trasparente y sencilla posible. Y creo que eso es lo que les gusta a las chicas, que soy una más como ellas.

—Menciona que cuando era niña a su mamá le encantaba ponerle vestidos cuadrillé con zapatos guillermina y que usted prefería jeans cómodos y remeras cancheras ¿Qué cosas la identifican y diferencian hoy del estilo de Mercedes?

—Sí, cuando era pequeña no me gustaba nada que me vistieran y menos con vestiditos y zapatos guillermina, años después me agarró la obsesión con los tacos y la ropa arreglada y decía que cuando fuese grande no me iba a bajar de los zapatos altos... ¡jaja! Hoy soy muy relajada y más clásica a la hora de vestirme. Con mamá tenemos un gusto muy parecido, ¡Nos atraen las mismas carteras! Y en los zapatos y abrigos también coincidimos un montón, ¡así que compartimos mucho placard!

En su familia hay un dogma natural: el amor por la moda es una herencia a la que se le rinde culto. “Crecí rodeada de ropa. Mis abuelas y mi mamá fueron y son mujeres ultra femeninas. Cada una a su manera, encontraron su sello característico a la hora de producirse. Ellas vivieron los años 80 y 90, donde para salir a la esquina sí o sí tenías que estar producida. Por suerte viví otra época ya que nunca quise ir a peluquerías ni meterme en demasiadas complicaciones. Me gusta levantarme y salir en menos de media hora... ¡Desayuno incluido! Siempre que pude, intenté hacer las cosas sola: teñirme o cortarme el cabello, pintarme las uñas, depilarme. De chica sentía que mi pelo era una herramienta para expresarme y me divertí con él todo lo que pude. Hoy creo que no me la jugaría a cambiarme el color de forma radical, aunque todavía tengo ganas de probar cómo me quedaría ser morocha... Tampoco estoy dispuesta a andar por la vida en tacos de 20 centímetros, no importa qué tan lindos sean. Hay cosas que prefiero simplemente admirar. Elijo los básicos, me divierte encontrarles una vuelta de tuerca para que parezcan más de lo que son. Me encantan los ítems rockeros, como las camperas de cuero y los borcegos, pero también adoro los vestidos. Es todo una cuestión de equilibrio”, cuenta en el ejemplar que presentó en la Feria del Libro en la Rural. Y en la misma página agrega: “Pasé muchas horas acompañando a Kika en el canal mientras se preparaba para el programa. Y pude ver, desde un lugar privilegiado, cómo se logra un make up profesional. Me encantaba ir porque podía revisar todo el maletín de Juan, su maquillador, y sacar uno por uno un sinfín de rímels, sombras, correctores. ¡Qué no había en esa valija! Kika y Juan son fanáticos de todo lo nuevo. De cada uno de sus viajes traen lo último que encuentran y les gusta experimentar. Se entusiasman y empiezan a sacar cremas, bases, pestañas, al punto de que el camarín se convierte en una sucursal de la cadena de perfumerías “Sephora”. Cuando esos dos se juntan, todo puede suceder. La relación que tiene una mujer con quien la hace más linda es muy especial y me divertía un montón presenciando ese despliegue, opinando y mirando todo. Pero a la hora de llevarlo a la práctica, me daba muchísima fiaca. Además ni mi mamá ni Kika me hubieran dejado maquillarme como una puerta siendo chica. Hoy lo máximo que hago es ponerme un poco de rímel y algún rouge de color, especialmente los de tendencia gótica. En cuanto a las uñas, Kika tiene una regla: pintarse con color solo los pies porque duran más, mientras que en las manos rápidamente se pueden marcar. Por mi parte, me fascinan los esmaltes de colores”.

—Su papá la acompañó en la presentación del libro donde le firmó autógrafos a sus seguidoras, ¿Qué significó esa experiencia y ver a Eduardo apoyándola?

—Fue un placer y muy linda experiencia, mi viejo siempre me acompaña en todo, me encanta sentirme así de apoyada y acompañada, soy una privilegiada.

—Cuando habla de las películas dice que le gustan las románticas y que es una chica sentimental ¿Qué lugar ocupa el amor en su vida? ¿Cree en amar para siempre?

—Me copan las películas románticas pero no son mis preferidas, siempre fui más del género de terror o suspenso, todo lo contrario... ¡jaja! El amor ocupa un lugar importante en mi vida, como en la de cualquiera. Estar rodeada de amor es importantísimo, hace bien a la salud y ¡principalmente a la cabeza! Creo que existen todos los tipos de amor, no me gusta encerrarme en una idea o creencia, soy más del momento, de lo que pasa ahora, no del qué pasará.

—¿Qué fue lo que le dijo “Kika” cuándo le llevó su “Diario de Estilo”? ¿Ella es una de sus fuentes de inspiración?

—¡Le fascinó! Lo leyó varias veces detalladamente, como es ella. Obvio que Kika me inspira, pero para mí es más una fuente de consejos, siempre le pregunto primero a ella antes de encarar algún desafío porque no hay nadie mejor para que me aconseje.

—¿Con qué sueña en el futuro? ¿Se ve modelando en una pasarela, actuando o trabajando en los medios?

—Mmm... La verdad no está dentro de mis sueños ser modelo o actriz, soy muy tímida en ese sentido, pero nunca digo nunca... Hoy estoy enfocada en formarme, crecer y aprender como mujer. Me veo haciendo lo que me gusta relacionado a la moda, donde pueda sentirme cómoda y sacar lo mejor de mí.

Apenas termina el shooting con CARAS, Lucía celebra el trabajo de cada uno y ayuda a llevar las prendas utilizadas hasta la habitación del Hotel Four Seasons. Sonriente, bromea con que aún hoy le cuesta verse en fotos pero aclara que se acostumbró. Y hasta se divierte con las poses. Dice que sus imágenes preferidas son las naturales, esas que le sacan sin que se dé cuenta. Está su libro como prueba, se constituye desde la espontaneidad que la representa. Refleja el universo de una It Girl nata que, aun teniéndolo todo, siempre encontró en la sencillez su mejor refugio. Esa heredera que es el Talón de Aquiles de la diva de los teléfonos, con quien recorrió Europa en limusina en su cumpleaños de 15, y a los pocos años eligió el mismo destino para ir con amigas y conocerlo a través del metro y las bicicletas. Aquella chica tranquila que con el tiempo vio en la exposición una oportunidad y construyó para sí una épica sobre la cual fundarse. Y que además recibió a su ritmo, sin apuros, la identidad que sólo brinda la vocación.

por Naiara Vecchio

(Producción: Fernanda Vaudagna)

FOTOS: F. DE BARTOLO/PERFIL

Agradecimientos: Hotel Four Seasons. Ropa: Lovely Denim, Shopping Paseo Alcorta (www.lovelydenim.com.ar). Black Mamba. Naima. Carmen Steffens. Las Pepas. Vero Far. Peinó: Mae Ludueña para Shoot Mnagement. Maquilló: Carolina Ranni para Estudio Novillo con productos Ives Saint Loran

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