Apropósito de los primeros 100 días de gobierno, Mauricio Macri (57) recibió en la Quinta de Olivos al presidente de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia. En una escenografía montada en los jardines de la remodelada residencia presidencial, el mandatario dialogó con el periodista acerca de las principales decisiones políticas de su gestión y de los desafíos que afronta.
En medio de una relajada entrevista que giró en mayor medida en torno a los temas de coyuntura, un distendido Macri también se refirió a su vida personal. Habló de lo difícil que es conciliar la política con la vida afectiva, del equilibrio que logró en ese sentido junto a su esposa, Juliana Awada (41), y del rol preponderante que tuvo para ayudarlo a alcanzar la presidencia.
En medio del reportaje, el presidente de Editorial Perfil le consultó acerca del rumor del supuesto embarazo de la primera dama. Aprovechando que Awada estaba escuchando atentamente la entrevista junto al secretario de Medios, Jorge Grecco, Mauricio le consultó, en broma, si era cierto que esperaba un hijo suyo. Luego de desmentir la versión, Mauricio también se refirió a la relación de sus hijos con la exposición pública y, en especial, de su hija Antonia (4), protagonista de la faceta personal del mandatario. En confianza, ya sobre el final de la entrevista, Mauricio le recomendó a Fontevecchia que fuera a ver la nueva película de Adrián Suar y Valeria Bertuccelli, “Me Casé con un Boludo”.
—Vos tuviste dos separaciones dedicado a la política: en 2005, de Isabel Menditeguy, y en 2010, de Malala Groba. Y ahora Vidal se separó de su marido a los tres meses de ser gobernadora. ¿La política se cobra afectos?
—La política te cobra de todo, es un ambiente tóxico, tal vez mucho más que cualquier otro. Pero también es muy importante, para hacer política, estar equilibrado afectivamente, y yo agradezco a esta mujer que está ahí paradita, que se asoma, que me ha dado todos los equilibrios afectivos que yo necesitaba. Si no, no estaría acá.
—Hablando de eso, ¿Juliana Awada está nuevamente embarazada?
—No. Hoy le dolía la cabeza. Dijo: “Me habrán embarazado así, extraterrestremente, porque me duele la cabeza”. (N.d.R: Macri le pregunta a Juliana Awada, que escuchaba el reportaje: “No estás embarazada, ¿no?”. Y ella responde: “Mi madre, que está de viaje afuera, me dice: `Mi amor, felicitaciones...´ Y le respondí que no estoy embarazada. No sé de dónde salió”.)
—¿Por qué tus otros hijos tienen una visibilidad tan distinta a la de tu hija Antonia?
—Porque Antonia todavía no tiene vida propia. Cuando la tenga...
—Ahora decidís vos.
—Decido yo. Pero me he comprometido con “Ju” y con mis hijos mayores que ella va a poder elegir. No la voy a condenar a un alto perfil porque con lo que trabajo las 24 horas del día es con el sueño de que todos los argentinos puedan elegir. Entonces, ¿cómo no le voy a dejar elegir a mi hija como les dejé elegir a los otros tres? Los tres eligieron bajo perfil, no ser “hijos de”, sino construir su propia vida. Los respeto, los amo y los valoro mucho.
—El libro que cuenta la historia de tu presidencia en Boca se titula “Pasión y gestión”. En la política exhibís la misma priorización por la gestión, pero no se ve lo mismo respecto de la pasión.
—Pero la verdad es que yo estoy acá ciento por ciento por pasión. La pasión es por los argentinos; pasa que, bueno, no se manifiesta en el grito de gol, en la forma. Si no, yo no me podría levantar de la cama. Todos los días me levanto a las siete menos cuarto porque me mueve esto que hago de corazón. No hay otro lugar, no lo concibo desde otro lugar.
—Siguiendo la tradición, última pregunta. ¿Hay algo que no te haya preguntado y quieras agregar y transmitirle a los lectores?
—Que hemos dado muchos pequeños pasos en la dirección correcta, que es construir la Argentina que soñamos; que no se hace de un día para el otro, pero hay que seguir haciendo esto. Y andá a ver “Me Casé con un Boludo”, te digo que es bastante divertida. A mí me gusta mucho reírme, debo confesar. Hace bien.