Rodeado de amigos y junto a su incondicional mujer, Marina Rosenthal, Cacho Castaña celebró, el sábado 11 de junio su cumpleaños número 74 y la apertura de su teatro bar "Café La Humedad", emplazado en la que fue la casa del bandoneonista Aníbal Troilo. "¡Todavía estoy emocionado! Fue un festejo soñado. Siempre es lindo celebrar con la gente que uno quiere. Estoy muy contento", dijo el homenajeado.
Pasadas las 20:30 horas comenzaron a llegar los invitados al bar, ubicado en Carlos Calvo 2540. Entre los asistentes se encontraban Susana Giménez, Adriana Varela, Ramón "Palito" Ortega y Cacho Fontana —padrinos de "Café La Humedad", que abrirá sus puertas al público recién el 9 de julio—, Mónica Gonzaga, María Martha Serra Lima, Guillermo Coppola junto a su esposa Corina Juárez, el médico personal de Cacho, Dr. Alfredo Cahe; Matías Santoianni, el empresario Martín Cabrales, Teté Coustarot y Alejandro Lerner, entre otros.
Totalmente recuperado de los problemas de salud que lo llevaron a estar casi un año internado, Cacho, que el martes 14 fue nombrado "Ciudadano Ilustre de Vicente López", subió al escenario y se animó a cantar junto a Varela, ante los aplausos de los invitados.
El momento más emotivo de la fiesta, que se extendió hasta pasada la madrugada, fue cuando su mujer, Marina, subió para cantarle el "Feliz Cumpleaños". "Es una gladiadora. Que hoy esté vivo es gracias a ella. El amor puede lograr muchas más cosas que la Medicina", confesó.
Organizado por su mujer, la celebración contó con el catering de Carlos Schuster, quien armó un exquisito menú de tres pasos. Como entrada, una mesa de finger food en la que había kentuchy wings, morcilla crocante con chutny de peras, mini hamburguesas del Soho, milanesitas con revuelto gramajo, rúcula y tomates confitados; scons de salmón, ricota de cabra y amapolas; y pizza con cebolla caramelizada. El plato principal fue un risotto de portobellos y de postre, una degustación de cheesecake de frutos del bosque, cuadraditos de manzana, shot de mousse de dulce de leche y cazuelas de ensalada de frutas con helado.
Para la mesa dulce, la torta de cumpleaños y los souvenirs, Marina contrató a la party planner Claudia Ares. "Para toda la ambientación y la deco jugamos con cosas características de Cacho: su chalina blanca, las rosas rojas que significan romanticismo, su sombrero negro, el Obelisco, las notas musicales y los pentagramas. Los 'cake pops' y las cookies, al igual que la torta, fueron diseñadas con el logo del teatro-bar y tenían todas las marcas personales que usamos para la decoración", detalló Ares.
Al momento de soplar las velitas, Cacho sintió que se había quedado sin deseos por pedir y consideró que era momento de agradecerle a la vida todo lo que le dio a lo largo de estos 74 años."Lo primero que se me vino a la cabeza fue en el milagro de estar vivo. Cada mañana me veo en el espejo y veo ese milagro. La pasé muy mal y Dios me tiro un cable. Hoy creo en los milagros y soy la prueba de que ellos existe y que con fe se puede lograr cualquier cosa", concluye.
Por Delfina Ortega Nodar.
Fotos: Ernesto Pagés.