Su talento lo convirtió en un artista reconocido, siempre ligado, ya sea como actor, galán o cantante, al romanticismo. Y puerta adentro, esa necesidad parece cobrar especial importancia. “Creo en el amor por sobre todas las cosas y no creo que se pueda vivir sin eso. No podría disfrutar del éxito si no estuviera bien en lo personal. Siempre trato de ser lo más demostrativo posible con la gente que quiero, en este caso con María y con mis hijos. Todo el tiempo les digo que los amo y los quiero, nunca me guardo nada. Nadie tiene nada asegurado en esta vida y lo mejor que te puede pasar es que en cada momento vos digas lo que sentís”, afirma Juan Darthés (52), en la tranquilidad de su casa en Nordelta, donde el tiempo junto a su mujer, María (50) y sus hijos, Tomás (21) y Gianluca (17), también músico, se traduce en placer y refugio.
Después de un 2016, cuyo prime time televisivo lo encontró como protagonista de “Los Ricos No Piden Permiso”, el culebrón de El Trece, Darthés comenzó el nuevo año con “Lo Prohibido”, la obra que acaba de estrenarse en el Paseo La Plaza y cuyo elenco completan Alejandro Radano y Michel Noher. “Lo estoy disfrutando muchísimo y me divierto con lo que le pasa al público cada noche. Termina todo como una fiesta y grabo el final porque es increíble ver a todos bailando de pie”, asegura Juan sobre el espectáculo —producido por Gustavo Yankelevich— que tiene dirección de Betty Gambartes, uno de los principales nombres del género musical. Acompañado por cinco músicos en escena, con la dirección de Diego Vila, se trata de un triángulo amoroso prohibido entre dos generaciones de hombres y una mujer que vive en un mundo de melodrama extremo y cuyo texto tendrá una continuidad dramática con canciones preexistentes que van desde “Te Extraño”, de Manzanero, a “¿Y Cómo es El?”, de Perales, entre otros emblemáticos hits románticos.
Mientras disfruta de un atardecer en su casa, ahora que tiene más tiempo tras un 2016 con grabaciones diarias, el artista confiesa la dicha que siente al ver que sus herederos eligieron seguir sus pasos en la música. “Ellos tienen un dúo, “Sr. Janai”, que en hebreo significa “Dios promete” y ya han creado temas para Nickelodeón, en el caso de Tomi. Se están formando y dándole bastante fuerte a eso. Pero esta carrera tiene sus cosas, no es nada fácil, hay que pelearla, ese es mi consejo. No es que yo tengo una empresa y digo, bueno chicos, se las dejo. La mejor manera de que triunfen es que estudien y se preparen con todo. Les tengo fe. También soy el primer crítico y ellos me escuchan y bancan como yo también escucho su opinión con mi trabajo”, cuenta Darthes. “Ellos me acompañan siempre que vengo de casa al centro, porque también tienen sus trabajos. Estamos muy unidos, disfrutamos lo que le pasa al otro”, agrega.
“Después, en casa jugamos al pin pon y remamos juntos. También estoy participando mucho de sus ensayos, al ser músicos a veces zapamos, me acompañan con algún tema. Todo pasa mucho por lo musical. Claro que siempre nos damos la posibilidad, sea durante el almuerzo o la cena, de estar juntos para contarnos lo que nos pasó, reunidos en familia para mirarnos a los ojos. Y el mejor plan para los cuatro es un viaje, eso está buenísimo porque nos sólo compartimos mucho tiempo juntos, sino también la aventura, la playa, ahí se hace mucho más placentero”, afirma el actor sobre la armoniosa convivencia que han logrado como familia.
—Lleva más de veinte años junto a su mujer, quien también lo asiste en muchos aspectos. ¿Cómo funciona esa dinámica?
—Con María hace casi 24 años que estamos juntos. Ella me conoce mejor que nadie. Trabajamos en conjunto en nuestra familia. No es mi representante, pero me asiste desde todo punto de vista. Los dos vamos de la mano hacia adelante. No soy dueño de ninguna fórmula de éxito o de amor eterno, yo trato de ser sincero con lo que siento. Vivimos cada día eligiéndonos y me parece que es la manera de encontrarnos, de pasarla bien. Lo que me prohíbo es que ella no sea feliz, ni yo serlo, ese, creo, es el límite. En casa lo prohibido es no ser felices. Somos sinceros, nos decimos las cosas, y así la pasamos bien. Yo quiero lo mejor para ella y ella para mí. Tenemos un proyecto en común.
—¿Cómo padres se han dividido los roles?
— Ellos tienen un código con la madre y otro conmigo. Claro que los límites se corren porque en lo cotidiano las estructura muy rígidas no van, la vida es eso, entonces por supuesto que hay momentos en que yo tengo mis charlas entre hombres con los chicos, pero también sucede que llega el tiempo en el que tiene que opinar María porque sabe mucho más de las mujeres. Creo que los chicos tienen una gran capacidad e inteligencia y eso fue gracias a María y la forma que ella tuvo de manejar nuestra familia. Yo ahora estoy mucho más presente, pero hubo periodos de mucho trabajo en los que estuve mucho tiempo fuera de casa. Y la que estuvo ahí al pie del cañón con su educación y estudio fue mi mujer. Siendo sincero, ella se merece todas las medallas.
—A los 52 años se lo ve radiante. ¿Es un hombre coqueto, le gusta cuidarse?
—Me gusta preocuparme por cómo estoy, ya sea estéticamente o por mi salud, me parece que soy un instrumento, creo que tengo que estar, como mi voz, afinado, en equilibrio. Me cuido, hago deporte, descanso, quiero estar bien. Cuidar la imagen está bien, no sólo para tu carrera, sino también para la pareja, para uno. Me gusta gustarle a mi pareja y al público. Yo me cuido con el Dr. Damián Rosemberg y hago celuloterapia, que tiene que ver con nutrientes que te dan para estar bien de la piel y de los órganos en la alimentación. Después me cuido con mi dieta, pero no creo en las fórmulas tan estrictas. Me gusta darme permisos.
Por: Kary Lopez
Produccion: Alejandro Luciani
Fotos:Eduardo Gimenez / Perfil