Techos altos, muebles de época reciclados, objetos vintage por doquier y una numerosa colección de discos de vinilo habitan en el amplio loft con aires neoyorkinos en el que vive desde hace casi un año Camila Mateos (23). El espacioso living estilo industrial, de amplios ventanales con vista al corazón de la zona de Palermo, llena de luz natural un espacio que a la actriz, asegura, la transporta en el tiempo.“Mi afición por lo vintage viene de familia. Mi bisabuela Carlota coleccionaba cajitas, pañuelos y abanicos, y yo lo heredé. Siempre fui de recorrer ferias, mercados y en cada viaje comprar pequeñas cosas que representen algo. Ahora, por ejemplo, estoy en búsqueda de un tocadiscos”, argumenta la joven.
Mientras supervisa el agua para el mate y sobrevuela sus inicios en la profesión, la actriz de “ADDA” (“Amar Después de Amar”) deja al descubierto un antiguo baúl que atesora como una de sus piezas favoritas. Dentro del “cofre” (así lo llama) hay cantidad de disfraces, con los que la oriunda de Merlo se permite jugar y dar rienda suelta a su costado actoral más lúdico.“De chica vivía disfrazada; amaba cantar y me la pasaba montando shows para mi familia, en actos del colegio y cumpleaños. A los 7 años empecé clases de Comedia Musical y después de terminar el colegio, a los 18, viajé a Los Ángeles por un año para estudiar teatro en la escuela “Beverly Hills Playhouse”. Fue una experiencia enriquecedora en todo sentido que me dio una independencia total”, recuerda quien interpreta a “Lola” en la ficción éxito de Telefé como la hija de Mariano Martínez y Eleonora Wexler.“Estuve unas semanas a prueba hasta que me dieron el “sí” para el personaje. Llamé a mi mamá llorando súper aliviada; fue una alegría. Cuando me enteré que iba a trabajar con Eleonora Wexler no lo podía creer, siempre la admiré y de chica le decía a mis papás que un día iba a trabajar con ella. El mimo de laburar con grandes es un privilegio y aprendizaje constante porque trabajo mucho desde la observación”, explica.
Inquieta y emprendedora, quien dio sus primeros pasos en “Aislados”, serie web paralela a la tira “Aliados” y se lució como villana en “Esperanza Mía”, cuenta que practica Ashtanga yoga y meditación. “Siempre estoy buscando actividades que sumen a mi profesión, como el canto que hoy volvió a enamorarme. A veces me cuesta la constancia pero soy de mandarme siempre y probar y descubrir cosas nuevas. He hecho clown, gimnasia artística y danza contemporánea también”, dice.
Confesa cinéfila, cita a Pedro Almodóvar y a Quentin Tarantino como sus directores predilectos y no deja de mencionar a la galardonada actriz hollywoodense Natalie Portman (35) como su gran referente artístico. “Tengo una obsesión con ella, me encanta y la sigo desde su primera película. Es un referente para mí como actriz e incluso muchos me dicen que tengo rasgos muy parecidos. ¡Es el mayor halago que me pueden hacer!”, admite Camila.
Mientras cae el sol, con un atardecer que atraviesa el inmenso ventanal de su hogar transformándolo en un verdadera postal, Camila se permite reflexionar. Terrenal e intuitiva, tal como ella misma se define, advierte que no sueña con llegar a Hollywood ya que, apelando a su costado más racional, se propone objetivos a corto plazo. “Nunca tuve grandes sueños ni me pierden las luces. Obviamente me gustaria trabajar afuera pero creo que en la Argentina hay producciones que están buenísimas y de gran nivel. Mi próximo deseo es hacer teatro”, concluye Camila con una madurez que asombra.
Por Sabrina Galante
FOTOS: E.GIMENEZ/PERFIL
Agradecimientos: Styling India Buselli
y Brendita Fernández para “The Daddy`s Jewel”. Pelo y Make Up: “Facu” Solís. Ropa: Juan Perez Vintage.