Menuda y frágil sólo en apariencia. Con su clásica melena rubia que, según cuenta, se cortó para la producción fotográfica en su primer encuentro exclusivo con CARAS después de años sin hablar ni posar para una revista. Claudia Roxana Villafañe no oculta su edad aunque se reconoce sumamente coqueta. De jeans, zapatillas y remera blanca con un gran corazón en el centro —que muestra orgullosa porque es de la nueva colección de la ropa que diseña su hija Gianinna (28)— , llega puntual a la cita en el estudio de su abogado Fernando Burlando (52). En Puerto Madero la gente la reconoce a su paso y la saluda con cariño y una gran sonrisa. Ella responde a todos. Apenas ingresa al tercer piso de la luminosa oficina pregunta si hay mate. Y, lejos de cualquier divismo, es ella misma quien va a la cocina y lo prepara. Sencilla, directa, sincera… “Ya estoy en los 55 pero siento que todo lo que viví me hizo crecer más rápido. Tomar decisiones muy importantes, fuertes, y ver las cosas desde otro lado, fueron de un aprendizaje acelerado… Yo digo que Dios me mandó a este mundo para tener esta paz con la que he enfrentado todo en la vida y siempre ir por el lado positivo de las cosas. Sé que todo va a pasar porque lo tenemos así marcado en el destino de cada uno. Entonces sólo hay que tratar de acompañar lo que se presenta y no ponerse en contra de lo que pasa porque si no tenés que luchar doblemente”, asegura una mujer tranquila que se relaja y habla de su vida olvidándose por un momento que los ojos y oídos del mundo están atentos a cada paso que da. En 1976 Claudia conoció a Diego Armando Maradona (56) y su vida ya no volvió a ser suya. Junto a él recorrió el mundo, tuvo a sus dos hijas —Dalma (30) y Gianinna—, vivió una boda de ensueño en el Luna Park en 1989, fue por palacios y se codeó con la gente más famosa del mundo. En 2003 pidió el divorcio y comenzó una nueva pelea. Diez años después logró la división de bienes y sus últimas batallas contra Maradona las libra junto a su abogado Burlando, después que el ídolo la acusara de “ladrona por quedarse con camisetas y otras pertenencias de su historia, por haber comprado departamentos en Miami y, como si fuera poco, de señalarla como mala madre”. Claudia quiere hablar. Por primera vez siente una gran necesidad de expresarse.
“Terminé sobreseída en las dos causas penales de las tantas que me había iniciado Diego y sentí que era un buen momento para salir a contar cómo está mi situación. Para que los que hablan sin saber ahora se enteren de la verdad”, comienza la tranquila mujer a explicar. Y entonces Burlando toma la palabra y agrega: “Este tema tiene una velocidad tan vertiginosa que van por el mismo carril lo bueno y lo malo. Por eso la mejor bandera para plantar era la del sobreseimiento. La primera vez que me encontré con Claudia para hablar sobre sus causas judiciales sabíamos que teníamos una buena perspectiva porque su manejo siempre fue intachable. Pero en esa primera reunión la vi en tal estado de desesperación por las barbaridades y mentiras que se estaban diciendo de ella, que no dudé un instante en ponerme al frente de su defensa. Todo fue parte de una gran infamia. Fue el ícono de la ridiculez decirle mala madre cuando fue y es una leona con sus hijas”. Sin perder la calma y permanentemente comunicada por el celular con sus hijas, Villafañe vuelve a tomar la palabra. “Lo peor fue escuchar que Diego dijo que era mala madre. ¡Cuando él siempre me había destacado por lo buena mamá que fui! Escucharlo me golpeó mucho. Y lloré mucho. ¡No podía creer que de su boca saliera algo así! Estoy segura que él no piensa eso. Me generó muchísimo dolor. Dijo cosas muy feas y yo sé que él tiene bronca y cosas guardadas que, cuando explota, larga todo junto. ¡Me encantaría algún día poder estar sentada cara a cara con él, y que nos digamos lo que nunca pudimos! Porque en estos años que han pasado tantas cosas, nos hemos visto, cruzado, por ejemplo en una Navidad o en el cumpleaños de nuestro nieto, pero nunca hablamos. Estaría bueno para sacarnos toda la mochila que tenemos de sufrimiento, de dolor, de odios o de lo que sea. Deberíamos mirarnos y decirnos esto es lo que yo siento y que el otro sepa escuchar y saber perdonar si es que algo lo lastimó. Porque yo siempre hice las cosas pensando en el bien de todos y esa es mi tranquilidad. Aunque por ahí hice algo que molestó y no lo sé. ¡Yo no maté a nadie, ni robé por eso tampoco me voy a poner de rodillas!”, repite la mujer rubia muy segura. Chequea los mensajes de “las chicas”, ceba un nuevo mate y sonríe cómplice cuando retumba el viejo refrán “lo que no te mata te fortalece”.
El sobreseimiento de las causas judiciales la hacen sentir orgullosa. Tranquila de su camino en la vida y, según cuenta, también, de haber podido, aunque jamás lo dudaron, gritar su inocencia ante sus hijas. “Yo cargo varias mochilas en mi espalda. Pero cuando Fernando me llamó para comunicarme la medida, yo tenía la necesidad de que las chicas también lo escucharan. Por más que ellas no tenían dudas de mi inocencia, por así llamarlo, era mía la necesidad. Porque Diego y yo vamos a ser siempre su papá y su mamá y ellas jamás estuvieron a favor o en contra de ninguno de los dos. Yo traté de inculcarles siempre que no había un lado y otro. Prefiero que no se metan en nuestras diferencias aunque no entienden por qué el papá me está haciendo esto. Era una carga muy pesada, muy grosa, tener esa situación dudosa sobre mí”, repite Claudia sin que su voz se quiebre. Y ante una pausa nuevamente Burlando acota su cuota profesional. “Maradona anunció que Claudia iba a ir presa. Y la angustia que vivieron ella y sus hijas, no se la recomiendo a nadie. Era una mujer acusada en un país machista y en el que el nombre Maradona presiona por sí solo. Aunque, gracias a los jueces, la justicia actuó rápido y de manera excelente”, advierte el letrado. “Además yo tuve que exponer cosas muy íntimas que jamás hubiera dicho para defenderme. Nunca hice algo de lo que tenga que arrepentirme. Tampoco podría arrepentirme de haber estado casada con él porque gracias a Diego tengo a mis dos hijas y a Benja… Nunca entendí por qué salió a atacarme ahora. No quiero que sienta que lo ninguneo pero creo que explotó cuando salió una foto en la que se veía a mi nieto con Jorge –Taiana, su pareja–. Esa foto me la robaron de mi celular. Después me sentí muy perseguida judicialmente y hasta dijeron que me había puesto detectives y que me investigaba el FBI. Esto es verdad porque en los EEUU es normal que te investiguen por los departamentos de Miami. Yo soy una víctima y sufrí muchísimo todo este tiempo en el que la justicia no encontró nada en mi contra. No hay peor sentimiento de violación a la intimidad cuando te investigan. Mi inocencia me hacía más valiente”, cuenta casi sin tomar una pausa. Verborrágica, enérgica cuando las palabras la superan, Claudia Villafañe cuenta que en esos difíciles momentos contó con un sostén invalorable. “Benjamin me salvó de poner mi cabeza al límite. Al estar con él tenía que pensar en juegos y mi cabeza volvía a blanco. Me ayudó muchísimo. El me hace sentir joven; me hace pensar con sus preguntas, para las que yo a veces no tengo respuestas. Un niño es puro y te salva de los malos pensamientos. Yo nunca hice terapia pero creo mucho en Dios y rezo. También soy devota de la Virgen de Salta y allá visitaba a María Livia; también del Padre Ignacio. Tengo mucha fe y agradezco cada noche por vivir un día más. Porque por más que seas la persona más millonaria del mundo, hay cosas que no se pueden comprar. Como la salud y el amor verdadero, el que se siente en el corazón; ese no tiene precio”, repite. Y ese amor que hoy también forma parte de su sostén. “Hoy puedo decir que soy una mujer muy feliz. Tengo dos hijas maravillosas, a mi vieja, a muchos amigos que la vida me dio, y a Benja que es lo más importante. El es muy inteligente y el día de su cumpleaños cuando Diego llegó le avisé ‘¡Vení que llegó el Babu!’ Y él me preguntó: ‘Tata ¿No te gritó? ¿No está enojado?’ Y cuando nos pusimos los tres juntos para la foto le preguntó:”¿Babu por qué le querés sacar las camisetas a la Tata si ella te las cuidó siempre?” Casi nos morimos. Entonces Diego le respondió “Para dártelas a vos”. Yo sé separar las cosas porque es más lo bueno vivido que lo malo. Y por eso también volver a enamorarme fue un tema difícil. Nunca sabía si el hombre que se me acercaba lo hacía por mí o por algo más. Y hoy puedo asegurar que estoy muy bien junto a Jorge. De grande encontré gente maravillosa. Los que me conocen de verdad saben quién soy. En la calle también me apoyan y yo pensaba que no podía darse así. Pero los hombres me dicen: Somos Maradonianos pero en este tema estamos con vos“.
—¿Cree que Maradona hace todo esto porque sigue enamorado de Ud.?
—No creo que sea así. Permaneció muchos años con otra pareja con la que tuvo un hijo y creo que para vivir esa situación tiene que haber estado enamorado. Ahora está de vuelta con Rocío (Oliva) y creo que debe ser porque está enamorado de ella, no por otra cosa. Por lo menos yo si estoy al lado de alguien un tiempo determinada es porque estoy enamorado de esa persona. Para mí es así. Yo pienso de esta manera pero no sé qué pasa por su cabeza hoy. Sí creo que quizás él por despecho, porque está enojado, dice muchas cosas feas. —¿Escribirá algún día un libro en el que cuente todas sus vivencias?
—Todo el mundo me dice que lo tengo que hacer. Me encantaría escribir un libro pero si cuento la verdad, mi verdad, voy a lastimar a mucha gente. Yo me identifico mucho con el libro de Priscila Presley; con un montón de cosas que le pasaron muy similares a las que yo viví. Tengo ganas de escribirlo y dejarlo bien guardado para que cuando yo ya no esté más en este mundo, dentro de muchos, muchos, años, si las chicas lo quieren publicar lo hagan. Pero no creo que estando en este mundo lo haga. No por falta de coraje. Sino porque quizás, como siempre, pienso más en los otros que en mí y no quiero herir susceptibilidades. Hay veces que la gente se puede sentir herida por algo que cuente de lo que a mí me pasó en la vida. Conocí a Diego a los 14 años pero es mi vida.
—¿Se siente un ejemplo para otras mujeres?
—No. Cualquier mujer en mi lugar hubiera hecho lo mismo que yo hice. En cada momento y en cada lugar hice lo que creí que era lo mejor para nosotros. Nadie me dijo qué tenía que hacer. Fue como me salieron las cosas. Por supuesto que yo no soy la gran madre, ni la gran mujer. Por eso no me pongo como ejemplo de nada. Nadie me enseñó lo que tenía que hacer. Simplemente hacía las cosas que me parecían mejor en cada momento. Hay muchas mujeres que deben haber pasado lo mismo o peor que yo pero son desconocidas entonces nadie sabe de sus sufrimientos o de sus alegrías. Sí puede ser que a partir de mis experiencias pueda aconsejar a otras mujeres. Eso me propusieron hacer pero no porque me sienta más mamá que otras. —¿Después de este fallo de la justicia a su favor siente que se sacó una mochila de su espalda?
—La pasé de verdad muy mal. Hubo semanas en las que atacaban permanentemente mi honor y yo sufría. Sin embargo hice frente a todo y jamás me escondí. Toleré todo. Hasta lo intolerable. Porque sentía que lo que querían era hacerme sentir miedo, que me asustara y me paralizara. Escuchaba que me acusaban de ladrona, estafadora… Y yo era la víctima pero tampoco podía permitirme quedarme llorando y no hacer nada.
—¿Hoy está libre de culpa y cargo..?
Burlando: – Como dice el primer fallo: “Confirmar el auto de fs.425/449 vta. En cuanto dispuso el sobreseimiento de Claudia Rosana Villafañe, dejando expresa constancia de que la formación de esta causa no afecta el buen nombre y honor de que hubiera gozado (art.336, inc.3 del Código Procesal Penal de la Nación). Y el segundo: “Dictar auto de sobreseimiento a favor de C. R. V. en orden a la imputación que se le dirigiera en este sumario Nº56558/15, con la expresa mención de que su formación en nada afecta el buen nombre y honor del que gozara (ars. 334 y 336 incs. 2º y 3º del CPPN). Imponer el pago de las costas a la querella (arts. 530 y 531 del CPPN). Así se ha resuelto lo más importante y todo lo que viene tiene que ver con esto. Claudia quedó claro que no evadió impuestos y como es extremadamente prolija y lo ha sido toda su vida, lo pudimos demostrar. Las dos causas ya son “cosa juzgada” y con el tiempo todo se va a ir solucionando. Esto le sumó vida a su vida. Porque Claudia Villafañe no vivió una sola vida, tiene la experiencia de mil vidas. Y siempre sostuvo la frente alta con dignidad. Ahora la otra parte deberá pagar las costas y somos nosotros los que le reclamamos por injurias y gastos en los que ella debió incurrir. Porque el dañar el honor de una persona no tiene precio. Nos resta pedir que se levante la inhibición de bienes que hoy le impiden realizar cualquier operación. También esto podría haber afectado su trabajo como Weadding Planner –empresa que tiene desde 2005– ya que podría no haber sido contratada por ser tratada de ladrona.
—Claudia, si hoy pudiera pedir un deseo ¿Cuál sería?
—Poder terminar con toda la parte judicial que aún me queda. Poder decir ‘¡Terminé! Sé que de mí van a seguir hablando siempre por una cosa o por otra. Diego siempre va a tener algo para decir. Yo tengo una vida y muy feliz. Tengo mi empresa de organización de eventos “Plan V” y me encanta armar las reuniones para los novios o cumpleañeros o empresas. Organizo todo y puedo lucir divina para recibir a los invitados y al rato estar tirada en el piso inflando globos. Gracias a Dios tener mi propio trabajo también me distrae de todos estos problemas.
por Gaby Balzaretti
(Producción Alicia Blanco)
F.DE BARTOLO/PERFIL