Renovada, vanguardista, influencer, aunque clásica y siempre coherente. Araceli González, con cincuenta años, está más diosa que nunca.
En su casa del Highland Park Country Club, de Del Viso, posó para CARAS con una silueta perfecta, en su nueva etapa de rubia. Y se dispone a dar una de las entrevistas más reveladoras de su carrera, donde se animó a hablar de su presente y de su pasada relación con Suar.
“Este es el lugar que elegí para vivir cuando me separé, en 2002. Buscaba un espacio que me proteja, que me contenga, donde mis hijos puedan estar tranquilos, donde podamos tener seguridad. Entonces primero alquilé una casa durante un tiempo, para ver si me gustaba vivir en un country. Porque el cambio era muy grande, la vida allí es diferente a la que yo tenía en Ramos Mejía, o en la casa de San Isidro. A mis hijos les encantó estar en la naturaleza, recibir amigos. A la ciudad la visito, pero me vuelvo enseguida al aire libre, al verde, donde no me siento tan claustrofóbica. Después me compré el terreno y construí esta casa, con un arquitecto. Es mi lugar de encuentro conmigo misma, es la familia, el hogar—afirma la actriz y modelo—. Pero ahora estoy en un proceso de finalización de etapa de este lugar. A esta edad y en este momento, estoy en otra búsqueda, todavía no tengo muy claro si es venderla o trasladarme a otro lugar. Mi hija ya no vive acá, sólo viene los fines de semana. Mi hijo creció, estoy en un tránsito de búsqueda. No sé si construir otra casa más chica, porque esta en un momento era ideal, pero los hijos crecen y ‘el nido’ se pone vacío”, agrega “Ara”, refiriéndose a sus hijos Florencia Torrente (29) y Tomás “Toto” Kirzner (19).
Araceli González está a full con su página web, llamada “www.araceliweb.com”, donde incluye diferentes contenidos.“Son cosas que me inquietan, me gustan, y no solo es moda, sino también comidas, información que tenga que ver con lo social. Es un lugar que me atrapa, también hay un espacio donde buscamos diseñadores emergentes para que mi web sea como su vidriera. Les hacemos notas para que se los conozca”, comenta entusiasmada la actriz que continuará protagonizando “Los Puentes de Madison”, junto a Facundo Arana, obra que se estrena el 5 de enero en Mar del Plata y se presenta hasta el 5 de marzo.
“Después tenemos una gira programada con la obra, por Chile, Paraguay, Uruguay, y posiblemente Perú y Colombia. Y posteriormente una gira nacional. Además, sigo siendo la Embajadora de L’Oréal París, que es algo que me enorgullece porque es una marca con la que crecí, y es referente para las mujeres”, afirma.
—¿Le costó pasar al rubio?
—Lo del rubio es un cambio fuerte, pero yo estoy acostumbrada. Desde el primer día de mi carrera, cuando no era conocida, a los 15 años tenía el pelo largo y me rapé. Todos creían que era un varoncito muy lindo (Risas). Los cambios marcaron mi carrera, generé tendencia y todas las chicas salían con el pelo corto. Después, durante mucho tiempo usé el corte carré. Sí, este cambio del rubio fue brusco, pero acordate que yo también estuve rubia otras veces. Para la película “Alma Mía” (película argentina de 1999, protagonizada junto a Pablo Echarri) hice un cambio fuerte. También me teñí de rubia hace unos 10 años, y ahora lo hice con L’Oréal (presentó los nuevos tonos “Excellence créme rubios a la medida”). Las mujeres tenemos esto de cambiar según los estados de ánimo, sentimos un cambio en el interior y empezamos por el pelo (Risas). Somos así.
—¿El cambio de look le gustó a Fabián (Mazzei, el actor de 51 años, su pareja desde hace 10)? ¿Qué le dijo cuando la vio?
—Fabi está acostumbrado, sabe que puedo ser pelirroja, al otro día rubia o morocha, con pelo largo o pelo corto... Es como si estuviera siempre con una mujer diferente (Risas).
—También recuperó su peso ideal...
—En este último tiempo dejé de fumar, gracias a Dios. Siento que fumar está “demodé”. Además empecé a ver que, por un lado yo tenía una alimentación sana, tomaba mucha agua, entrenaba, me cuidaba, y después encendía un cigarrillo. No era coherente. Entonces me propuse dejar de fumar, pero sin tratamiento. Cada vez que encendía un cigarrillo lo apagaba, tenía estrategias de dónde fumar y dónde no. Y un día decidí dejar de fumar, que fue cuando terminé de hacer “Guapas” (telenovela emitida por El Trece entre 2014 y 2015). Y empecé a engordar, porque el cigarrillo tiene algo que te baja la ansiedad y eso te hace comer menos.
—¿Cuántos kilos había aumentado?
—Casi 10 kilos, que es lo que más o menos aumenta todo el mundo cuando deja de fumar. Y a partir de ahí empecé a cuidarme, hice una dieta con un nutricionista, y volví a mi peso normal. Tengo que ser muy rigurosa con mis horarios, me gusta comer bien, antes de las 22:00 horas. Me hice un estudio y sé lo que le hace bien a mi cuerpo. Hacer teatro me desestabilizó con la comida, dejé de manejarme con mis viandas, y por eso en mi página web estamos armando una rutina para las mujeres que, como me pasó a mí, desean organizarse y comer sano.
—¿En qué se basa su alimentación?
—Estoy comiendo sin gluten desde hace un año, no porque sea celíaca, sino porque soy intolerante a esas proteínas contenidas en la harina del trigo, la cebada, el centeno y la avena. Eso fue a través de mucha investigación, a partir de tener siempre la panza hinchada y malestar estomacal. No tenía una buena digestión, entonces investigué y probé distintas cosas entre la medicina convencional y la tradicional china. Ahora me siento mucho mejor, en la familia todos nos alimentamos así. Consumimos alimentos naturales, tenemos una huerta en casa y comemos de lo que nos da. Preferimos más pescado que carne vacuna. Dejamos las gaseosas hace rato, tomamos té verde, porque tiene un montón de propiedades que hacen bien. Lo bebemos frío con las comidas. En la heladera, las bebidas que siempre hay son agua, limonada y té verde. Todo natural, no consumimos nada que tenga químicos. Como muchas ensaladas, mi preferida es la de rúcula, queso de cabra y arroz. También tengo mi personal trainner para entrenar con ejercicios aeróbicos y pesas, y hago yoga y meditación.
—¿Tips de belleza: cremas, tratamientos? ¿Se operó? ¿Si tuviera que hacerse algún “toquecito” en el corto plazo, qué sería?
—Solo me operé las lolas cuando Toto cumplió dos años, porque después de tener dos hijos y haber amamantado, no me gustaban cómo se veían. Por el trabajo que tengo, decidí operarme. Pero otra cirugía no tengo, con la cara no intentaría nada. Por ahora solo me cuido con cremas que me hidratan y nutren la piel. Voy a la dermatóloga y me hace radiofrecuencia (procesos de rejuvenecimiento facial a través de la transferencia de energía en forma de calor a los estratos más profundos de la dermis). Pero lo más importante es la alimentación, el cambio siempre es de adentro hacia afuera.
—¿Cómo vive la sexualidad a los cincuenta?
—(Risas) Antes era más abierta para hablar de estas cosas, pero a medida que mi hijo varón va creciendo, me cuesta más referirme al tema. Igualmente voy a tratar de contestarte. Creo que una mujer a los cincuenta, si llega bien, no física sino mentalmente, y si encima está acompañada por un hombre que la respeta y protege, puede sentirse muy libre. Creo que ni la edad ni el peso son tan fundamentales, como lo es estar con un hombre que te respete mucho. A los cincuenta las mujeres tenemos muchas revoluciones, no solo hormonales. El error sería pretender tener 20 años, competir con una edad que ya no te corresponde. Me siento sumamente plena con mi marido. Fabián es un hombre que me hace sentir con una gran libertad. Es respetuoso, cuidadoso, y eso hace que mis hijos también lo amen tanto.
—¿Con Fabián, ahora es más o menos celosa que al principio de la relación?
—Hace cuatro años que nos casamos, y diez que estamos juntos. Fabi nunca me da motivos para estar celosa. Ya pasé por todo eso y ahora estoy en un momento de mi vida en que las prioridades pasan por otros lados. Transité por todo para estar donde estoy hoy, y ahora elijo otras cosas.
—Como mamá, ¿de qué manera observa el crecimiento de sus hijos? ¿Los aconseja o trata de que hagan solos sus propios caminos?
—Mis hijos son totalmente diferente entre sí, y obviamente tienen una escala de valores que aprendieron conmigo. Dejo que hagan su propio aprendizaje, ambos buscan caminos diferentes a los que hicieron sus padres. Mucha gente puede suponer que tienen la vida facilitada por ser “hijos de...”, pero es todo lo contrario. Toto busca su camino independientemente de Pol-Ka y de todo lo que pudo haber generado su padre. Si bien a Adrián lo respeta, él busca su propio camino en la radio. Por su parte, Flor también busca que la reconozcan por su propio nombre y apellido. A mí me
enorgullece que se manejen con tanto respeto, y que tengan una buena calidad humana.
—¿Fantasea con ser abuela?
—Me encantaría. Fui mamá muy joven y pensé que iba a tener nietos también de muy joven. Pero parece que debo esperar un tiempo más (Risas).
—En los últimos tiempos se mostró más frontal y abierta en muchos programas de TV...¿Siente que hay una Araceli con menos filtros... y menos paciencia?
—Durante muchos años tomé la opción de callarme un montón de cosas, porque no me gustaba exponer mi vida, contar lo que para mí era doloroso. Con el dolor que tenía, me dediqué a criar a mis hijos, a trabajar, a comer y dormir bien, ayudada por mi psicóloga; por Fabián, que sabe por todo lo que pasé; por Flor y Toto, con los que mantengo charlas entre cuatro paredes, sabemos bien lo que vivimos y cómo nos fuimos cuidando.
—Salió a pedir por TV un medicamento para su mamá, y hasta se filtraron unos audios sobre sus malas experiencias trabajando para Pol-Ka...
—El tema de mi mamá, sentí la necesidad de exponerlo. Así como mi madre tiene lupus, hay una comunidad que padece esa enfermedad que muy pocos conocen. A través de mi imagen denuncié e intervine para ayudar a todos a conseguir un determinado medicamento que no estaba a la venta, o se acopiaba y no se lo administraba equitativamente.
—¿Y con los otros temas?
—El tema de los audios empezó con la declaración de una persona (Griselda Siciliani) que, siendo ajena a Pol-Ka y sin conocer a Fabián, dijo que Adrián (Suar) no lo contrataba y tampoco lo hacían otras productoras, sugiriendo con ironía que era porque es mal actor. A partir de ahí me tomé una semana para pensar bien, y decidí decir lo que sentía. Corrí muchos riesgos porque, en este medio, a veces decir la verdad es una línea delgada donde podés ser juzgada de una manera poco satisfactoria. Pero no me importó. Creo que hay una edad en la que uno tiene que empezar a decir la verdad, las cosas tal como son.
—Se nota que son temas que tiene bien elaborados... Hasta habló de la infidelidad que padeció cuando estaba en pareja con Adrián Suar.
—La infidelidad no te enloquece, hay otras cosas que enloquecen a la gente. La infidelidad te produce dolor, la idea de que la persona que está a tu lado no está a la altura de lo que vos querés para la vida. Hoy puedo decir que estoy bien plantada, que puedo hablar con mis hijos con mucha autoridad, pero porque me tomé el trabajo de sentarme a trabajar en mi persona, de comerme todos los valdes de mierda habidos y por haber, y ahora puedo transitar una vida mucho más calma.
—Recientemente, Suar dijo en una entrevista: “Araceli fue un amor tremendo”...
—Sí, fue un amor tremendo por lo bueno, pero también tremendo por lo malo. Hace rato que no tengo diálogo con Adrián, pero no porque yo no quiera, sino por una decisión de él. No sé desde donde abordó el tema. Fue un amor tremendo por lo fuerte, pero muy doloroso.Tan tremendo que casi me mata. Pero fue tremendo para todos, porque Adrián tuvo un momento de mucho crecimiento, lo que hizo que se desconecte de la familia. Priorizó Pol-Ka, su trabajo. Está bien, uno elije en la vida, pero no nos priorizó a nosotros. Yo recuerdo tanto lo bueno y como lo malo, y de esa relación también salió un hijo precioso.
—Pero hoy está más enfocada en el presente y en el futuro...
—Sí, para mí ese tema es muy lejano, gracias a Dios.
—En conclusión, Araceli: ¡está súper diosa a los 50!, ¿considera que física, mental y profesionalmente, está mejor ahora que antes?
—No sé si ahora estoy mejor que antes, pero me alimento bien. Hoy tengo el cuerpo que siempre soñé. Y estoy rodeada por gente que me ama: mis hijos, mi marido y mi madre son lo más valioso. A la vida siempre le pongo mucha garra. Eso hace que sea divertida, espontánea, que esté fuerte. Estoy muy contenta conmigo y eso se nota afuera. Hace diez años que me río diferente, descubrí una risa que creía no tener. Y fue a partir del trabajo que hice conmigo y de conocer al hombre que tengo al lado. ¡Hasta me cambió el tono de la risa! Es algo muy hermoso y muy verdadero. Ahora me río como nunca lo hice en toda mi vida. Y eso marca una nueva etapa, una libertad como mujer. Es una parte que siento que corresponde a mi esencia, esa que tenía adormecida por tanto dolor.
por Fabián Cataldo
Fotos: Fabián Morassut.
Styling y Producción: Tere del Valle.
Agradecimientos: Peinó: Daniel Alejandro Mancilla Iglesias @leglampeluqueria, para L’Oréal Professionnel.
Make Up: Luciana Romero. Ginebra Bs.As.
Allo Martínez. Ayres. Trosman. Helicia.