Ya pasaron cinco años de ese 30 de abril de 2013, cuando Guillermo-Alejandro de Orange (51) subió al trono de Holanda, y para festejar el quinquenio la Casa Real holandesa ha publicado una serie de fotos de los reyes con sus tres hijas, la princesa heredera Amalia (14) y sus hermanas, Alexia (12) y Ariane (11), en el Palacio Real de Amsterdam.
El servicio fotográfico, compuesto por diecisiete nuevos retratos familiares, lleva la firma del holandés Erwin Olaf, uno de los más aclamados fotógrafos contemporáneos, famoso por sus “mis en scène” y sus composiciones altamente teatrales. La foto destacada es donde aparece la familia real completa, una imagen familiar sin ningún tipo de rigidez protocolar (el rey Guillermo no lleva corbata) y donde posan como si se fuesen estrellas de cine al buen estilo de Hollywood. Definitivamente una foto muy glamorosa que muestra su semblante más sonriente que es la principal característica de los Orange. Una curiosidad de la imagen es que la Princesa Alexia, situada al medio, luce una camisa color crema (al igual que su padre), signee Valentino y que pertenecía a Máxima (46). Sus hermanas Ariane, la benjamina, y , situadas respectivamente cada una al lado de sus padres, y la Reina están vestidas de negro.
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El resto son retratos oficiales de Guillermo, que luce una banda con el color de la Casa de Orange, y de Máxima luciendo una creación de Jan Taminiau, el diseñador holandés que la vistió de azul cobalto el día de la entronización. El vestido de la foto es el mismo que la reina usó en 2015 para el Prinsjesdag (el día en el cual el gobierno, por medio del rey, anuncia el plan político para desarrollar el año siguiente), una sublime prenda color champagne con un motivo de flores y de pájaros pintados a mano y bordados en tonos de azul, amarillo, verde y violeta.
Sobre su cabeza brilla la diadema de zafiros y diamantes perteneciente a los Orange-Nassau, el mismo que Máxima había lucido el 30 de abril de 2013. La tiara fue diseñada por la histórica joyería francesa Mellerio, en 1881, y comprada por el rey Guillermo III para su esposa, la reina Emma. Está formada por treinta y un zafiros de cachemira y 655 diamantes de Sudáfrica. Las tres A, como las llaman cariñosamente en Holanda a las tres princesas, también tienen sus retratos oficiales, juntas y solas y con diferentes outfit.
Catharina-Amalia, la futura reina de Holanda, luce ya como una jovencita con un vestido color violeta mientras Alexia eligió un modelo de terciopelo negro. La más chica de las tres hermanas, Ariane, lleva un agraciado vestido de encaje azul.
Guillermo y Máxima son una de las parejas reales más amadas por sus súbditos y con una imagen positiva construida durante sus años de reinado. El pueblo holandés está muy satisfecho con la actuación de Guillermo como rey, tanto que la mayoría, un 73%, cree que lo está haciendo mejor que su madre, la Reina Beatriz (80), revelando una tendencia creciente desde el 2015.
Indudablemente, Máxima ha jugado un rol fundamental en todo ésto: además de triunfar con un vestuario colorista y alegre, lleno de prendas de las más importantes Maison, la argentina tiene el don de una eterna sonrisa y un carácter afable, dos de los puntos fuertes con los que con el paso de los años ha sabido ganarse el cariño de todos sus conciudadanos. De ella Guillermo dice: “Ella lo es todo para mí. Es una mujer especial y yo estoy maravillado de que esté conmigo”. Máxima conquistó al pueblo holandés, tanto que es el miembro de la familia real que tiene el puntaje más alto en cuanto a aceptación popular (8 contra un 7.5 de Guillermo).
Gracias a su brillante personalidad, así como a su fuerza de carácter, logró superar el difícil momento antes de su boda, cuando hubo rechazo general hacia la figura de su padre, Jorge Zorreguieta, por haber sido secretario de estado de Agricultura y ganadería durante la dictadura del general Jorge Videla (por ese mismo motivo no se le permitió asistir a la boda de su hija ni a la entronización).
Sin embargo, los Orange llevan una excelente relación con la familia de Máxima, tanto que cuando Zorreguieta falleció, toda la familia, incluído Guillermo, viajó a la Argentina para el funeral. Economista de formación, asesoró a las Naciones Unidas, primero en el terreno de los microcréditos y después en las finanzas inclusivas para el desarrollo, realizando un trabajo más que exitoso dentro y fuera de Holanda.
Es una reina fashionista, un verdadero ícono de estilo para los holandeses: la dutch Queen viste indistintamente Zara y Valentino, sin olvidarse de los brand holandeses. Sigue las tendencias y tiene un equipo de personal shopper que compran por ella. Y recicla los look, así como hacen muchas princesas y reinas de Europa, empezando por la inglesa Kate Middleton. Alterna enterizos a pantalones “palazo”, vestidos de noche a rigurosos tailleur. Y naturalmente nunca se olvida de los sombreros.
Muchos dicen que “es el único matrimonio real que no está en crisis” cuando se refieren a los reyes de Holanda. En un mundo difícil por el estricto protocolo que muchas veces deteriora las relaciones personales, Máxima y Guillermo llevan quince años de casados luciendo más estables que nunca. Una familia sonriente y alegre, tal y cual resulta por las últimas fotos oficiales. Fruto de este amor son las tres princesas. Catharina Amalia, como hija mayor del soberano, ya conoce sus responsabilidades, el protocolo y sus obligaciones, aunque en estos años su rol de estudiante tiene prioridad sobre las actividades reales. “Sabe que está en una situación privilegiada y es esencial que pueda desarrollar su propia personalidad como cualquier otra chica. Por eso no la educamos de forma distinta a sus hermanas”, dijo el rey.
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Catharina frecuenta el exclusivo “Christelijk Gymnasium Sorghvielt” de la Haya, uno de los cinco institutos protestantes más prestigiosos de los Países Bajos. Siempre escoltada por un séquito de guardaespaldas, la princesa vuelve todos los días en bicicleta a su casa que queda a sólo 10 kilómetros del colegio. El futuro de la familia real también es una preocupación para los reyes, como lo hizo entender el mismo Guillermo. “Decidí aplazar sus responsabilidades reales hasta después de los 18 años para protegerla y cuidarla. Darle tiempo para descubrir quién es. Si uno no se puede descubrir, entonces nunca podrá hacer un buen trabajo para servir”. Antes de ir al secundario, la princesa iba al mismo colegio que sus hermanas y las tres hablan holandés, español e inglés con fluidez.
Además son fanáticas de los deportes como el judo, el hockey, sky y la hípica. Acompañadas siempre por sus “nanny”, todas argentinas, los reyes quieren que sus hijas tengan una vida normal . “Aquí educamos a una reina y seguimos educando a dos princesas. Ellas son tratadas como todos los demás chicos”, reconoció la directora del colegio primario. Los tiempos han cambiado y las monarquías actuales han modificado también su estilo: el poder visualizar las familias reales en tiempo real gracias a las redes sociales ha modificado la forma de comportarse de los monarcas y por ende su imagen a los ojos del mundo entero. El cambio ha sido tan grande que a comienzo de año, la princesa Amalia ha sido víctima de “bullying virtual”, cuando varios medios de comunicación criticaron su aspecto físico, más específicamente su peso, cuestionando si el Rey Guillermo y la reina Máxima le prestaban suficiente atención a la alimentación de su hija.
La polémica se desplazó rápidamente a las redes sociales, creando una situación incómoda e irrespetuosa hacia una chica de tan sólo catorce años. La única y principal crítica de los ciudadanos a la Corona es su costo: la holandesa es la segunda monarquía más cara de Europa, sólo superada por la británica. Más de la mitad de los holandeses consideran que a pesar de tener tareas de gran responsabilidad, la pareja real tiene una remuneración demasiado alta. Sin embargo, a pesar de todo ésto, la monarquía holandesa sigue gozando de buena salud. Los holandeses siguen siendo muy patrióticos y siempre tuvieron una particular relación afectiva con la monarquía y la familia real. La dinastía de los Orange-Nassau reina en el país desde el 1581, inaugurada por el fundador Guillermo I d’ Orange, héroe nacional y fautor de la independencia de los Países Bajos de España. Y en honor de la casa de los Orange, los holandeses adoptaron el color naranja como color oficial del país, consagrando también simbólicamente su devoción hacia la monarquía .
por Rossella della Giovampaola