Fue una temporada distinta, de eso no caben dudas, y por eso Diego Simeone (50) adapta sus tiempos y necesidades de acuerdo con los nuevos calendarios deportivos que impuso el coronavirus.
Ya finalizada La Liga española, en la que volvió a cumplir una destacada performance con su equipo, el Atlético de Madrid, “El Cholo” se reenfoca ahora en la novedosa definición de la Champions League, un torneo cuyo fixture le dio un guiño de cara a su etapa decisiva. La pandemia determinó que los cuartos de final, semifinales y final se jueguen todos a un sólo partido en Lisboa, Portugal, definición que tendrá a los rojiblancos como cabales protagonistas.
Para llegar en las mejores condiciones emocionales al primer partido del 13 de agosto, el Gran DT argentino emuló a Lionel Messi (33) y se regaló unos días de vacaciones en el Mediterráneo junto a su familia. Días indispensables de sol y mar con la Única compañía de Carla Pereyra (32), Francesca (3) y Valentina (1), las dos princesitas que iluminan el día a día de la pareja. Fueron momentos de introspección y diversión para quien vive su profesión de manera tan intensa como apasionada, siempre dando lo mejor de sí y desafiante de las críticas que cada tanto recibe.
Pero Simeone ya no tiene que demostrarle a nadie su capacidad para conducir planteles de alta competencia, y la posibilidad latente de seguir avanzando en el máximo torneo europeo es un estímulo insoslayable. Su mujer no sólo lo acompaña en el cuidado y la educación de sus herederas, sino que también es su fan número uno a la hora de alentarlo.
Ambos con sus siluetas esculturales, faceta en la que Carla recibió algunos cuestionamientos por su aparente delgadez, recargaron energías y mimaron a sus hijas. “Sueña pequeña Princesa, vuela alto... que nada detenga tus deseos... intenta ser mejor cada día y aprender más... se buena persona siempre! Es lo mejor que les podemos regalar a las personas! Se amable, da siempre las gracias! Yo agradezco cada día por ser Tu Mamá”, le dedicó Carla un posteo a Francesca, aclarando al final, entre paréntesis, que la tiene “loca de amor”.