¿Cómo logramos que un espacio se vea más grande sin mover paredes? La clave está en engañar un poquito al ojo jugando con la luz, los colores y la distribución.
La luz es nuestra gran aliada, por lo que debemos dejar entrar tanta luz natural como sea posible. Cortinas livianas y muebles que no tapen ventanas, es solo el comienzo. Si el ambiente no recibe mucha claridad, la iluminación artificial es un gran recurso – como explicamos en nuestra nota anterior - Tener varios puntos focales de iluminación, en lugar de una única luz central, hacen que todo se perciba más abierto.
Ubicar estratégicamente espejos, también ayuda a duplicar la luz y la sensación de espacio. Colocarlos frente a una ventana multiplica la claridad, mientras que en pasillos o rincones genera profundidad. ¿No te gustan los grandes espejos? Podes jugar con varios más chicos en composición decorativa.
Hablando de materialidad, las superficies reflectantes y acabados claros potencian la profundidad visual: pisos pulidos, paredes y techo en tonos neutros. Los contrastes de textura ayudan a delimitar áreas sin recargar el espacio ni romper la sensación de fluidez. En cuanto al color, los tonos blancos, beiges y pasteles, reflejan mejor la luz y generan una sensación de amplitud inmediata. Si queremos dar un poco más de carácter, los colores fríos como azules o grises, aportan profundidad. Mantener la misma gama de color en paredes y muebles ayuda a que todo se vea integrado, así como una alfombra grande en lugar de varias chicas unifica el ambiente. Las rayas (en paredes, textiles o alfombras) pueden ensanchar o alargar según cómo se usen. Si tenés la posibilidad de cambiar aberturas, las puertas corredizas son un gran truco para liberar superficie.
Por último, el mobiliario. No se trata de tener pocos muebles, sino de elegirlos y distribuirlos de manera inteligente. Planificar recorridos claros y fluidos ayudan a generar continuidad, así como marcar ejes estratégicos que guíen la mirada y amplíen la percepción espacial. Algunos muebles ayudan a liberar espacio como los multifuncionales (una mesa extensible, una cama con cajones) que resuelven varias necesidades sin ocupar de más. Evitemos las piezas voluminosas y prioricemos las líneas rectas y livianas. Tampoco peguemos todo contra las paredes, dejar “aire” alrededor hace que el espacio respire.
La amplitud no siempre depende de los metros cuadrados, sino de cómo se percibe el espacio. Un espacio ordenado, luminoso y equilibrado siempre parecerá más grande. Te animas a probar? mové un espejo, cambiá una cortina, reubicá un mueble, quizás te sorprendas!
Datos del estudio:
Minima Arquitectura - Arq. Alejandra Salierno y Arq. Andrea Theodor
IG: minimaarquitectura
Mail: [email protected]







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