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Marcelo González es orfebre. Sus primeros pasos los dio en la ciudad bonaerense de Avellaneda. Fue allí, en un taller de platería donde conoció a su colega Carlos Rinaldi, de quien adquirió conocimientos muy importantes para poder desarrollar su profesión. A partir de allí, todo fue crecimiento para Marcelo, quien pudo abrir su propio taller. “Claro que no fue fácil, me capacité, realicé cursos de orfebrería teóricos y prácticos en el Museo Nacional de Arte Decorativo”, subraya.
La experiencia lo avala: en el año 2000 realizó el Cuarto Encuentro de Plateros en Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, además de importantes exposiciones en Ambiente La rural de Buenos Aires y CAFIRA en Costa Salguero. Asimismo, realizó obras como la colección privada de bastones junto a Eugenio Cuttica, hoy personalidad destacada en el ámbito de la cultura. “Nunca dejás de aprender de él”, relata con admiración.
“Elegir la obra adecuada, para el lugar indicado”, es una de las frases que lo identifica. “Siento mucho orgullo por mis obras, renace una sensación y remarca la fascinación de expresarle al cliente la creación de la obra única y de diseño propio” afirma.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me fascina la fusión de materiales como Plata, madera, hueso, piedras, cristal y cuero aplicados en obras abarcando un infinito universo de diseños. Me encanta compartir con mis clientes ese momento mágico que, sin darse cuenta, nos introducimos en ese maravilloso mundo de la orfebrería con café por medio o una copa de vino.
