“Desde la perspectiva de la psiquiatra y analista junguiana norteamericana Jean Shinoda Bolen, la psiquis de la mujer puede encontrar sus modelos de referencia en las diosas griegas de la mitología. Estos modelos se dividen en 3 categorías: virginales, vulnerables y alquímicos.
Los modelos virginales hacen referencia a aquellas mujeres que encuentran su realización personal por sí mismas. Pueden ser estar centradas en su propia evolución y tienen la capacidad de prescindir de la presencia de los vínculos de pareja en sus vidas.
Los modelos vulnerables se relacionan con quienes necesitan del vínculo para poder realizarse y evolucionar individualmente. Y por último, el modelo alquímico, representado en el arquetipo de la diosa Afrodita, incluye a quienes tienen la capacidad de encontrar su desarrollo personal tanto dentro como fuera de los vínculos.
Con esto quiero expresar que no hay una sola forma, ni una sola receta para evolucionar a nivel vincular. Sin embargo es preciso reconocer que como seres humanos sociales somos interdependientes, y capaces de gozar de los vínculos desde diferentes perspectivas, con diferentes cualidades.
Encuentro, quizás, una narrativa un tanto inalcanzable que pondera la independencia por encima de todo, como único requisito para poder “enaltecer el encuentro con una misma”. Como si desear estar en pareja y cultivar vínculos significativos nos redujera a una suerte de “románticas empedernidas sin deconstruir”.
¿Es más dificil vincularse hoy, entonces? Es diferente. Ya no se acostumbra a responder al mandato social del casamiento a determinada edad, se cuestiona el verdadero valor de sostener a toda costa un vínculo en el tiempo, somos proclives a vivir sanamente la vida sexual sin estar en pareja y nos atrevemos a ver la soltería (o los momentos de soledad) como un espacio de nutrición personal necesario para reconocer los mandatos inconscientes que corroboramos continuamente en las experiencias vinculares que tenemos.
La zona de confort de lo impuesto culturalmente sigue vigente como un espejismo, un oasis que promete, pero no llega, y nos ancla en la repetición, la martirización, el control, la revancha y la dependencia infantil.
Virgen, vulnerable o alquímica, es preciso reconocer tus dones y las cárceles culturales que impiden la madurez y el renacer en tu forma de vincularte.”
Natalia Ríos - Sesiones y Talleres para la Mujer
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