Sin embargo, este poder, esta energía que llevamos dentro, es más profunda y antigua que cualquier estructura que haya intentado contenerla. La energía femenina es una fuerza vital, una chispa que nos conecta con la creación, con el ciclo de la vida, con la intuición y el amor. En culturas ancestrales, esta energía era reverenciada en figuras como Isis, diosa egipcia de la fertilidad y la magia, y Artemisa, la diosa griega de la naturaleza y la protección. Estas deidades simbolizaban algo que cada una de nosotras lleva dentro: una capacidad infinita de sanar, de guiar, de transformar lo que tocamos.
La sociedad nos ha enseñado a ver el poder como algo externo, algo que se obtiene o se lucha por poseer. Sin embargo, nuestra fuerza femenina es lo opuesto: es algo que se cultiva en el interior, una fuerza que no necesita imponerse para brillar. Al habernos desconectado de esta energía, muchas veces hemos caído en la inseguridad, en la autoexigencia, en esa sensación de nunca ser suficiente. Nos acostumbramos a cumplir con expectativas ajenas, y eso puede llevarnos a sentir que debemos ser “perfectas” o a creer que no tenemos el derecho de ser quienes realmente somos. Nos olvidamos de que esa perfección está en nuestra esencia, en el hecho de ser tal como somos.
Reconectar con esta energía es sanar heridas viejas, no solo nuestras, sino también de generaciones pasadas. Es recordar que llevamos una corona interna que nadie puede quitarnos. Esa corona es nuestra intuición, nuestra compasión, nuestra conexión profunda con nosotras mismas.
No te quiero convencer; quiero que recuerdes. Por mucho tiempo, esta información fue escondida, y por fin está comenzando a salir a la luz lo que tanto tiempo mantuvieron bajo la sombra: que somos personas poderosas. Si recordáramos cada una de estas palabras todos los días frente al espejo, jamás nos olvidaríamos de quiénes somos y emanaríamos una luz tal en el mundo, que sería muy difícil apagarla otra vez. Imaginate sentirte tan acompañada por vos misma, que no vuelvas a tener miedo ni vergüenza.
Flor Holística - Florencia Belén Glomba
Escritora del libro Conviértete en la diosa que ya existe en vos