viernes 29 de marzo del 2024

LA PIEL Y EL CAMBIO DE CLIMA

Por Sol Abadi.

CREDITO CARAS

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y está expuesta a diversos factores que pueden afectar su salud y apariencia, incluyendo los cambios de clima. Con la llegada de una nueva temporada, es importante tener en cuenta cómo estos cambios pueden afectar nuestra piel y cómo podemos cuidarla adecuadamente.

Durante el invierno, el clima frío y seco puede provocar una piel deshidratada y con tendencia a la irritación y la descamación. Para contrarrestar esto, es fundamental hidratar nuestra piel con cremas y lociones que contengan ingredientes como la glicerina y el ácido hialurónico, que ayudan a retener la humedad en la piel. Además, es importante no exponer nuestra piel a temperaturas muy altas, como en los baños muy calientes, ya que esto puede agravar la sequedad de la piel.

Por otro lado, durante el verano, el clima cálido y húmedo puede provocar una mayor producción de sebo en la piel, lo que puede derivar en problemas como el acné. Para prevenir esto, es importante limpiar la piel adecuadamente y utilizar productos que controlen la producción de sebo, como los que contienen ácido salicílico, o niacinamida, que aparte de sebo regular, nos va ayudar contribuyendo a la protección de la piel contra los radicales libres

En ambos casos, también es fundamental proteger nuestra piel de los rayos UV del sol, ya que estos pueden causar daño celular y envejecimiento prematuro. Para ello, es recomendable utilizar un protector solar con un factor de protección adecuado para nuestra piel y aplicarlo regularmente durante todo el día.

En resumen, para cuidar adecuadamente nuestra piel durante los cambios de clima es importante hidratarla adecuadamente, limpiarla y protegerla de los rayos UV del sol. Al seguir estos consejos, podremos mantener una piel sana y radiante durante todo el año.

 

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