Nos encontramos nuevamente con Lord Marcos Yoel Freue, quien nos acerca su visión introspectiva de la naturaleza humana, vinculada a las elecciones que permanentemente debemos hacer. Una elección, por pequeña que fuera, nos cambia la vida, y a decir verdad, las personas pasamos la vida eligiendo. En ciertas oportunidades, la elección está basada en la sabiduría analítica, sopesando costos y beneficios. En otros casos, simplemente se elige siguiendo un deseo desde la emoción.
Nuestra realidad se alimenta del pasado constantemente, ya que al momento de elegir en el presente, pasa a ser algo del pasado automáticamente. Podemos reconocer situaciones donde, para hacer una elección sobre su futuro, alguien se apoya en una base sólida de confianza como lo es una persona que le brinda consejos, y que, en definitiva opera como una brújula que permite encontrar el rumbo.
En lo cotidiano, lo importante es hacer, implementar, construir, desde lo que creemos fehacientemente que es lo que realmente “hay que hacer”, en simultáneo con el aprendizaje de cómo mejorar eso que hacemos. También hay que tomarse el tiempo para volver a estudiar con detalle lo que hicimos. El estudio constante hace a la nueva aplicación, y mejora lo que ya hicimos.
Nuestro futuro se va concretando en un pasado fortuito. Y nuestra experiencia se va enriqueciendo, pudiendo mejorar el formato de “hacer” sobre algún punto nuevo. También es importante seguir estudiando para entender y comprender qué cosas nuevas debemos hacer, qué puntos debemos iniciar para lograr hacer un nuevo guion en la historia de nuestra vida. Para eso siempre debemos elegir “hacer”. Aún en contextos adversos, la movilidad emocional y racional, es lo que nos pone a salvo del peor de los escenarios: elegir no hacer
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