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Bruno Cogo y Agostina Romanello junto a Patricio Romanello, Maximilano Cogo y Santiago Goldfarb son los creadores de la marca que nació en 2018 con la idea de desarrollar un producto y un servicio que sea una experiencia de calidad. Así fue como los emprendedores fundaron su propio espacio de vinos donde trabajan de manera conjunta con diversas bodegas galardonadas, ofreciendo botellas de vanguardia.
“Buscaba crear una marca que ilumine y se pueda confiar, una luz de libertad financiera que podamos portar para iluminar un camino propio. En la actualidad, nos ocupamos de ser asociados y trabajar con bodegas destacadas, junto con sus productos”, afirma Bruno que tiene la meta de crear sus propia bodegas y marca de vinos. A su vez, uno de sus fundadores destaca su finalidad con Luz de Hierro, un espacio que busca seguir en expansión. “Hemos nacido de la necesidad, y como cualquier proyecto de negocios apunta a buscar independencia financiera, comercial y claro nada mejor que hacer esto en familia”.
¿Cómo se han reinventado con la pandemia?
Somos partidarios de pensar la crisis como una oportunidad. La realidad es que la pandemia incrementó la actividad en redes sociales y las ventas online subieron de manera desmesurada. Eso fue una ventaja, sin mencionar que el ahorro de costos al no tener un local a la calle significó el incremento en las compras de stock. Aprovechando esa inercia, realmente consolidamos la marca y le dimos al proyecto solidez. Operando con algo tan simple como un teléfono móvil con “WhatsApp” para los pedidos, Instagram y Facebook para la publicidad, y un auto para transportar el producto.
¿Qué han aprendido en este tiempo de profesión?
Aprendimos a organizarnos y a generar confianza como equipo. La realidad es que cada uno tiene un rol que es necesario. Y si bien, hay un cabeza que organiza, estar en todos los detalles puede ser difícil. Para eso, hay una secretaria que lleva al mínimo detalle una bitácora de actividades, tomando notas que nos solucionan muchas dificultades. Como mencione al principio de estas palabras, la organización es todo. También contamos con un sector de administración, un grupo de ventas y un grupo de logística y transporte. Esos roles facilitan hasta dónde llega la jurisdicción y el trabajo de cada uno.
“¿Qué hemos aprendido?” Qué esa confianza que creamos también es percibida por el cliente. Sería una enorme mentira decir que todo nos sale bien, sin embargo, con honestidad si podemos remarcar que los pasos cortos, seguros y pensados son un aporte a la marca. Tenemos en claro que los errores son parte de una necesidad inherente para mejorar y buscar la perfección, premisa que aplicamos a la empresa y de corazón sentimos que funciona.
¿Cuáles son las mayores satisfacciones que les da su trabajo?
La independencia y la responsabilidad. Seguro es una frase trillada, pero un proyecto propio en los negocios es una garantía de confianza en lo que uno hace, sin duda un símbolo de madurez. No hay nada malo en trabajar para alguien, pero saber que eres tu propio jefe, tu propio éxito o fracaso, tu propio límite, ofrece una perspectiva del mundo muy distinta.
¿Cómo se proyectan? ¿qué es lo que viene a futuro en la marca?
En expansión, sin duda, los productos cuyanos están ampliando nuestros horizontes, hemos empezado con el vino por cuestiones de versatilidad y elegancia. Si bien hoy vendemos vinos, nuestro futuro viene con la creación de nuestro propio sabor. A su vez, debemos agregar que estamos cerca de ampliarnos a la venta de aceites de esa oliva, característica de la región de cuyo. Un mundo nuevo nos espera, y habrá desafíos nuevos seguramente. Si hay algo que nos muestra la tecnología es que el mundo es muy chico y que podemos llegar a más lugares. Nos gusta pensar más en el presente, pero la proyección es necesaria en cada emprendimiento y por eso, en algún momento, Luz de Hierro pasará ser del mundo.
Datos para saber más: IG: @luzdehierrovinos PH: Martín Tricárico - @funk_studi
Mirá el video de Luz de Hierro:
