Mariela, como profesional en decodificación integral, ¿cómo definirías la relación entre las emociones y las enfermedades autoinmunes como la celiaquía?
Desde la Decodificación Integral, entendemos que la celiaquía —como toda enfermedad— tiene un origen que va más allá de lo físico. Es una manifestación que refleja conflictos emocionales profundos, muchas veces heredados o vinculados a las primeras etapas de la vida.
La celiaquía, en particular, tiene una fuerte relación con conflictos de identidad, pertenencia y rechazo a la autoridad. Al ser una enfermedad autoinmune, esto nos habla de un mecanismo en el que el cuerpo se ataca a sí mismo, como si una parte de la persona no pudiera aceptarse y se sacrificara por los demás, especialmente en su círculo íntimo.
En el caso específico de la celiaquía, encontramos un fuerte conflicto con la autoridad y, en particular, con la figura paterna. En la biología simbólica, el gluten está asociado al pan, y el pan representa al padre, a la autoridad, a la ley. Así, muchas personas celíacas cargan historias donde el padre —real o simbólico (como jefe, abuelo, hermano mayor, etc.)— es vivido como algo tóxico o peligroso. Cuando el cuerpo rechaza el gluten, está expresando un rechazo inconsciente hacia esa figura o hacia lo que representa: la ley, el orden, la protección o la falta de ella.
Detrás de este síntoma pueden aparecer historias familiares marcadas por sacrificios, secretos, duelos no resueltos, infidelidades o memorias de colonización. La persona celíaca, a nivel simbólico, no puede digerir lo que proviene de esa autoridad. Todo esto no es casual; es información guardada en la memoria biológica, esperando ser comprendida y resignificada.
Desde tu experiencia, Mariela, ¿de qué manera la decodificación integral puede acompañar a las personas con diagnóstico de celiaquía? ¿Es posible sanar esta condición?
Desde mi experiencia como profesional en Decodificación Integral, he acompañado a muchas personas diagnosticadas con celiaquía. En varios casos, al trabajar el origen emocional y simbólico, lograron no solo mejorar su calidad de vida, sino también revertir la condición. Con seguimiento médico, algunas pudieron volver a consumir gluten y recibieron el alta, siempre manteniendo controles periódicos para cuidar su bienestar.
Es fundamental aclarar que la decodificación no reemplaza la medicina, sino que acompaña un proceso profundo de conciencia y autoconocimiento.
En ese camino, cuando la persona logra comprender el "para qué" de su síntoma y deja de verlo como un enemigo, entendiendo por qué su cuerpo se adaptó de esa forma, puede transformarlo en una oportunidad para resignificar su historia, sanar dolores propios y memorias heredadas. Lo que siempre remarco es que la sanación verdadera ocurre cuando sanamos la historia que creó el síntoma. Cuando esa historia es mirada, honrada y transformada, el síntoma ya no es necesario.
Cada proceso es único, pero lo que siempre veo es que, cuando nos animamos a mirar esas memorias, el cuerpo responde. Y ahí, la celiaquía puede dejar de ser un límite para convertirse en un portal de transformación personal y familiar.
El proceso de diagnóstico de la celiaquía puede ser emocionalmente desafiante. ¿Qué recomendaciones les darías a quienes están transitando ese momento?
Les recomiendo decodificar el síntoma para encontrar sentido. No se trata de buscar culpables ni de vivirlo como una condena, sino de entender que cada síntoma es una invitación a conocerse mejor y sanar la verdadera historia de dolor. El diagnóstico es un punto de partida, no un destino. Siempre hay un camino de transformación posible cuando nos animamos a escucharnos y abrazar nuestra historia con conciencia, libertad y amor.
PARA CONOCER MÁS:
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FACEBOOK: Mariela Kreimer
WEB: www.marielakreimer.com.ar

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