Comprar vinos es un placer. Sin embargo, para la mayoría de los consumidores se ha convertido en un momento de tensión: demasiadas opciones, demasiadas dudas, demasiadas veces el miedo a equivocarse.
¿Voy por el vino que ya conozco? ¿Me animo a algo nuevo? ¿Es bueno para regalar? ¿Está bien el precio?
En ese escenario nace el servicio que está transformando la relación entre el consumidor y el vino: el Personal WineShopper.
No se trata solo de acompañar a alguien a una vinoteca. Se trata de guiar, enseñar, interpretar y traducir el mundo del vino para cada persona, de manera simple, cercana y segura. Porque elegir un vino no es un examen: es una experiencia. Y cuando esa experiencia se vive acompañado, todo cambia.
El vino como experiencia personalizada
El Personal WineShopper es una figura que te genera la confianza necesaria para que tu mesa sea la protagonista.
Un primer contacto de escucha activa es importante antes de estar frente a la góndola
Es necesario conocer sus gustos, cómo comparte el vino, qué le gusta comer, qué lo intimida, qué desea, que quiere descubrir.
El vino deja de ser un producto y se convierte en un puente hacia la identidad de cada persona.
Este servicio no solo ayuda a comprar mejor: enseña a confiar en el propio gusto.
Y cuando eso sucede, el consumo deja pasa a ser un descubrimiento.
En mis asesorías presenciales, llevo al consumidor a recorrer la vinoteca como si fuera su casa: sin apuro, sin miedo, sin tecnicismos vacíos.
Les enseño a leer etiquetas con criterio, a reconocer estilos, a entender precios, a detectar oportunidades y, sobre todo, a elegir con conciencia.
Porque un buen vino no es el más caro, es el que encaja perfecto con el momento.
Por qué este servicio está creciendo
La realidad es clara: el consumidor actual quiere vivir experiencias, no acumular información.
Quiere sentir que lo acompañan, que lo entienden y que no lo juzgan.
Quiere poder preguntar sin sentir vergüenza.
Quiere aprender, pero sin complicarse la vida.
Y el Personal WineShopper aparece como la respuesta natural a esta necesidad: una mezcla de sommelier, coach y aliado en la góndola.
Es un servicio que democratiza el vino, que abre el juego, que empodera.
Y, estratégicamente, también es un puente para que las bodegas conecten de manera más humana con su consumidor final: sin ruido, sin intermediarios, sin mensajes que no llegan.
El lujo de la asistencia in situ
Nada reemplaza la instancia presencial. Es estar ahí, frente a las botellas, con cientos de opciones, sintiendo la textura de la etiqueta, comparando estilos, analizando precios y descubriendo joyitas escondidas.
El Personal WineShopper convierte esa búsqueda en un momento íntimo y placentero.
Un espacio donde el consumidor no se siente perdido, sino acompañado.
Donde cada elección se vuelve un acto de descubrimiento.
Es el lujo del tiempo, de la dedicación, del asesoramiento real.
Una invitación a comprar sin miedo
Quien vive esta experiencia una vez, no quiere volver atrás.
Porque se da cuenta de que no necesita saber todo sobre vino:
solo necesita a alguien que lo ayude a elegir.
Y ese “alguien” —profesional, cercano, intuitivo— abre un mundo nuevo.
Por eso, si sentís que estás comprando siempre lo mismo, si querés aprender a elegir mejor o si necesitás seguridad antes de regalar o armar tu cava, este servicio es para vos.
Agendemos una llamada y coordinemos tu experiencia personalizada.
Enseñarte a comprar vino con confianza es el primer paso para que disfrutes más, gastes mejor y descubras todo lo que este universo tiene para vos.
Fer Di Tomaso
Sommelier - Consultora en Marketing de Bodegas
+54 11 4493 1533
IG: fer.ditomaso
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