El queso Tetilla es uno de los quesos más representativos de la gastronomía de Galicia, España, con denominación de origen.
Un queso con una historia particular…
En el siglo I d.C. Plinio hablaba de unos sabrosos quesos de la Gallaecia a los que él llamaba “Mamulas Lactem” (mamillas de leche). También hay teorías que aseguran que este queso procede de un convento de monjas del siglo XI. La tetilla era típica de la parte este de La Coruña, que limitaba con Lugo, en los pueblos de Curtis, Arzúa y Melide.
¿Cómo es la elaboración? ¿Mantiene la materia prima nacional al igual que el Farcell?
Es elaborado con leche pasteurizada de vaca con una maduración mínima de 7 días. Presenta una corteza apreciable, fina y elástica, sin mohos, de menos de 3 mm de espesor, de color amarillo pajizo. La pasta es blanda, cremosa, uniforme y de color blanco marfilado. El sabor es suave, lácteo, mantecoso, ligeramente acidulado y con un toque de sal.
Habitualmente, ¿con qué recomiendan acompañarlo?
El Queso Tetilla es delicioso para tomar no solo a la hora del postre, la merienda o como aperitivo antes de una comida, y en Galicia se tiende a comer sin ser acompañado. Pero lo cierto es que es un queso tan versátil que admite muchos maridajes y preparaciones.
Recomendaciones:
Para cortar de forma correcta el Queso Tetilla usaremos un cuchillo de filo liso y ancho calentado con agua caliente o vapor. Comenzaremos cortando el queso a la mitad, después cada mitad en cuñas, de las que saldrían aproximadamente 12 unidades.
Podemos quitar la corteza a estas cuñas, aunque esta es perfectamente comestible una vez limpiada con un paño húmedo, y las partimos en seis trozos triangulares.
La presentación se hará en bandeja y de forma no amontonada, evitando así que al estar a la temperatura de consumo se peguen unas cuñas con otras.
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