Sabores Nayaté surgió de una necesidad creativa de su fundadora, quien durante un curso de crecimiento personal e inteligencia emocional, se visualizó preparando tés y pintando las cajas donde los guardaría. Esta visión se convirtió en realidad gracias a la colaboración con Juan, un experto en yerbas, con quien comparte la misión de ofrecer un espacio cálido y sanador a través de sus productos, que van desde blends de té hasta mates y difusores de ambientes.
Uno de los mayores desafíos que enfrentó la marca fue la organización y la búsqueda de la excelencia. La fundadora tuvo que sumergirse en la cultura de la tierra colorada, conocer a los productores y asegurarse de que cada parte del proyecto cumpliera con altos estándares de calidad y responsabilidad ecológica.
En Nayaté, la selección de ingredientes sigue dos pautas fundamentales: la producción orgánica o agroecológica y el impacto triple. La fundadora busca que sus productos estén libres de químicos y que su negocio no solo sea económicamente viable, sino que también genere empleo y mantenga una relación sustentable con los recursos naturales.
Entre las anécdotas memorables, destaca la participación en el Festival Peperina en Alta Gracia, donde clientes de distintas provincias comenzaron a pedir más de sus yerbas. También recuerda con cariño el Festival de MAPPA, donde conoció a Diego, un maestro panadero de masa madre que quedó tan fascinado con sus yerbas que se las llevó a Suiza.
Para aquellos que están comenzando su propio negocio, la fundadora de Sabores Nayaté aconseja jugarse por su sueño, visualizarse con lujo de detalles y mantener siempre presente su búsqueda personal. La pasión y el amor por lo que se hace son, según ella, la clave para encontrar siempre lo mejor.
Instagram: @saboresnayate