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Cristina Pérez dejó de ser la conductora de Telefe Noticias (junto a Rodolfo Barili), ahora negocia un programa propio en el mismo canal. También sigue al frente de “Cristina sin Vueltas”, por Rivadavia AM 630.
Cristina Pérez ya no podía seguir conduciendo el noticiero porque el canal es una compañía norteamericana y tiene una política que había que respetar. “Siendo yo la mujer de en su momento un eventual vicepresidente, o como es hoy, de un Ministro de la Nación (Se refiere a su marido, Luis Petri, flamante Ministro de Defensa del gobierno del presidente Javier Milei), tenía un problema para seguir conduciendo el noticiero. Pero una vez que lo procesé, lo vi como una oportunidad. Hace treinta años que soy la cara de un noticiero, y pensé que era la oportunidad de ser mi propia cara. Y así poder renacer”, explica.
"Cuando tenemos una vocación, debemos estar preparados para jugarnos por ella. A veces a los periodistas nos toca preguntar y hacerlo es jugarse. Uno puede elegir quedarse cómodo o jugarse. Lo que te construye es estar a la altura del rol que pudiste lograr. Y creo que en el caso de Luis, su vocación, que es profunda y a la que le dedicó toda su vida profesional, ahora tiene que ser la que lo sostenga en este gran desafío. Me parece que a las personas que toda la vida luchamos por crecer en nuestra carrera, las adversidades no nos resultan un peligro. Más bien algo para estar a la altura. El que busca el poder, quiere tener los problemas del poder", dice.
Cristina Pérez sobre su relación con Luis Petri
"Yo amo a Luis antes de cualquier cargo. Estoy con él desde que estaba dejando la Cámara de Diputados y era bastante incierto su destino político. Lo vi levantarse y luchar, recorrer su provincia, intentando y perdiendo, intentando y ganando… Siempre creciendo. El a mí también me vio así… Pero nosotros somos lo que somos desnudos a la noche, cuando nos abrazamos y sabemos que estamos el uno con el otro", dice.
"A veces tenés un cargo, a veces no tenés nada, a uno le va mejor que al otro, y otras veces hay que adaptar cosas. Pero como dice ese soneto de Shakespeare: “No es amor si se altera con las alteraciones", concluye Cristina Pérez.
@fabicataldo
