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Con profundo dolor, se despiden hoy los restos de Horacio de Dios, un emblema del periodismo. Tenía 90 años y su salud se había deteriorado en los últimos tiempos.
Referente de los medios de comunicación, en los que trabajó por más de 50 años, su trayectoria atravesó la radio, la gráfica y la televisión y su producción periodística fue tan extensa como prolífica.
Fue su hijo Julián, el encargado de dar a conocer la noticia con un emotivo mensaje, propio de la herencia de una pluma distinguida: "Hoy murió mi viejo que gastó la vida hasta la última gota de aire", rezaba una parte del relato.
"Hace dos meses seguía con su ceremonia de callejear lo que el cuerpo y la cuarentena le permitían, descubrir alguna historia para luego regresar a casa y contársela, a su nieta Julia o a sus amigos y terminar la jornada, viendo una película por noche" , escribió Julián mostrando otra pincelada de la vida del periodista.
El extenso texto continuó: "Me gusta que me cuenten una historia antes de irme a dormir, como a cualquier chico", destacó el heredero quien pudo expresarse aún más.
"A principios de noviembre caminábamos por la Plaza San Martín y me repetía los diálogos (y silencios) de "mi cena con Andre" de Louis Malle. Estaba fascinado, sobre todo por el uso de los silencios en la película. La charla derivo en la importancia de los silencios para poder darle valor a un diálogo. Y así, hasta que atardeció y volvimos a su casa", aseguró.
"Pocas horas después, los 90 años le pasaron todas las facturas de golpe. Y su salud se quebró. Hace dos semanas me dijo "Chau hijo" y se quedó en silencio", escribió con profunda tristeza
También en otro segmento del mensaje contó: "Me quedan tantas cosas de él pero sobre todo un apellido, de Dios. Algo que no tenía cuando nació en una habitación en un conventillo de Constitución
"Fue su madre, Carmen, una mujer soltera tan pobre como valiente quien le dio no sólo la vida sino también el apellido y las manos limpias para nunca tener que bajar la cabeza. Y así fue mi padre un tipo noble al que le alcanzó una vida par convertir nuestro apellido en un título de nobleza", finalizó con el conmovedor relato.
Una pérdida lamentable de un profesional que deja un enorme vacío en el periodismo.
