El 15 de mayo de 2010 Gustavo Cerati fue el protagonista de una de las noticias más tristes: después de su recital en Caracas, Venezuela, sufrió una accidente cerebro vascular que lo llevó a alejarse definitivamente de la música.
Pasaron diez años de aquel fatídico quiebre, que terminó con la desaparición del músico en septiembre de 2014 después de cuatro años de agonía.
Pero este show y las últimas horas del músico consciente fueron las que marcaron a su entorno para siempre. Esa noche, después del concierto, el músico se realizó una foto grupal con los integrantes de la banda donde ya se lo notaba pálido y sin colores. Fue en ese momento cuando uno de sus compañeros le dijo algo y él no pudo responder. "Taverna se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados”, relató el periodista Juan Morris en su libro Cerati: la biografía definitiva.
“Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no acertó a decirle nada. Fue como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras. Entonces la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. A su alrededor el grupo se empezó a dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín”, escribió Morris.
Luego, otro de sus compañeros lo encontraron en su camarín desmayado y con la boca abierta. Aunque las primeras versiones sobre esta descompensación aseguraban que Cerati se recuperaría de inmediato, el último parte médico fue letal: un accidente cerebrovascular que requería de una intervención que finalmente tuvo lugar en Venezuela.
