Verónica Cangemi es una de las cantantes de ópera más reconocidas del mundo. La mendocina ha sabido presentarse en teatros de Argentina, Alemania, Francia e Italia y se ha hecho ganadora de muchísimos premios y reconocimientos, entre ellos, el Konex de Platino a la mejor Cantante Femenina de la década en la Argentina. Ahora, sin embargo, afronta uno de sus mayores desafíos porque compartirá escenario con su hijo, Joaquín.
En una charla exclusiva con CARAS, Verónica y Joaquín Cangemi hablaron de su próximo paso, explicaron sus sensaciones sobre esta aventura que emprenderán y hasta se sinceraron sobre cómo llevan el rol de madre e hijo en el ambiente artístico. Una situación que la propia cantante define como “momentos súper especiales que son rarísimos en la historia de un artista”.
Verónica Cangemi y su hijo Joaquín conversaron con CARAS
Verónica Cangemi se ve relajada, desde su casa, con mate en mano. Del otro lado, en Valencia, aparece Joaquín, que acaba de terminar de ensayar y lleva la camiseta de argentina, con el parche de campeón del mundo. El próximo 26,27 y 28 de noviembre, ambos compartirán escenario en el Teatro del Bicentenario, cuando interpreten Pagliacci, con la dirección de Eugenio Zanetti.
“Siempre decía que lo único que me faltaría hacer es cantar con mi hijo”, comenta Verónica. Joaquín sigue la misma línea y agrega: “Para mí es muy emocionante, porque a nivel familiar es muy importante. Uno dice ‘me encantaría cantar con mi mamá’, pero es muy difícil, era muy difícil que se pudiera lograr”.
“Lo que sí tenemos que hacer los dos ahora es contener las emociones, porque yo lo escucho hablar y me lleno de emoción, se me caen las lágrimas mientras hablo con ustedes. Pero en la escena no puedo hacerlo por el público, y si me emociono no puedo cantar. Entonces es la prueba más grande juntos” continúa la Soprano y coincide en que la maternidad la coloca en otro desafío a la hora de subirse al escenario con su hijo. “Ahora en escena, además de cantar y estar solo estresada por ver cómo funcionan mis músculos y ver cómo estoy para rendir al público, tengo que estar también atenta a sostenerlo y a sostenernos mutuamente. Es un doble trabajo”, explica.
Joaquín, por su parte, tiene otra visión. “Yo me voy a divertir. Yo me siento sangre fresca”, comenta entre risas. Después, suma: “La ópera es interesante para los dos, porque da la oportunidad. Quizás si era una ópera que no da tantas oportunidades para el rol tenoril o para el soprano, pero esta coincide que tiene momentos lindos en los que podemos apreciar y compartir. Porque tenemos un dúo y un aria linda cada uno, que está buenísimo”.
Ser mamá y cantante internacional, según Verónica Cangemi
Ese desafío que Verónica ve que le genera la maternidad, no se limita solamente a esta oportunidad de cantar y actuar juntos, sino que también jugó un factor clave en una crianza de sus hijos que debía convivir con viajes y largas estadías en todo el mundo. Un panorama que incluso hizo que llegara a pensar que sus dos hijos iban a detestar el mundo artístico y la música.
Por fortuna, la realidad estuvo muy lejos de lo que ella pensaba. Tanto Joaquín como Milo se dedican activamente a la música. El primero de ellos, como se pudo ver en esta entrevista, sigue los pasos de su madre y avanza a pasos agigantados. Mientras que el segundo, volcado a otro género, también se destaca y hace un mes se encargó de componer y producir la música del desfile de Benito Fernández en la Semana de la moda New York.
“A mí me decían que ante todo una mamá tenía que estar en la casa. Y me hablaban de la escuela y de que todos los días (sus hijos) se despiertan en un techo distinto. Y yo siempre estuve convencida de que cuando uno transmite la energía de felicidad y de que está convencida por una pasión, no hay con qué darle, no hay mejor enseñanza. Siempre transmití que lo más importante era buscar lo que a uno lo hace feliz.”, cuenta Verónica al respecto.
Tras esas primeras palabras, se sincera y comenta que siente que todo ese esfuerzo valió la pena. “Ahora estoy escuchando a Joaquín del otro lado y la verdad es que es espectacular que lo recibió el mensaje (…) porque él eligió la pasión, a pesar de cualquier cosa. Eso es lo que me da tanta alegría y me hace sentir que valió la pena haber luchado por la pasión que tiene cada uno”, concluye.
Coincidiendo con su madre, Joaquín aporta su punto de vista y explica que, aunque desde afuera pueda verse como algo complicado o que podría haber perjudicado a él o a su hermano, él nunca sintió algo semejante y entendió que esa era su realidad. “Para mí era lo normal. Yo estaba en el teatro y ella cantaba y yo la miraba desde un costado y después la esperaba en el camarín y siempre había alguien que me atendía, que me daba algo. Ya con 12 años viajábamos solos y las azafatas nos llevaban de un lugar a otro y estaba buenísimo”, dice.
La extrema preparación de Verónica y Joaquín Cangemi
En la misma línea de pensamiento, tanto Joaquín como Verónica hablaron de lo difícil que es la preparación para llegar a este nivel de profesionalismo. Ella sostiene que su entrenamiento es como el de cualquier deportista de elite, ya que mientras un futbolista entrena los músculos de la pierna, ellos hacen lo mismo con las cuerdas vocales. “Tienen que tener resistencia para cantar más de tres horas, tienen que tener resistencia para un entrenamiento y para toda la carrera. Si en las piernas tenés una lesión no podés correr y en las cuerdas vocales pasa lo mismo. Hay que elegir un buen repertorio, hay que elegir un buen entrenamiento, un buen maestro para poder llegar al objetivo que es cantar bien y tener solidez”, sentencia.
Joaquín coincide con ese pensamiento y agrega: “Un día sin cantar no lo sentís. Dos días no lo siente el público, pero lo sentís vos. Y tres días lo siente el público y lo sentís vos”. Luego, se hace tiempo para explicar su exigente día a día.
“Me levanto entre las 7 y las 8. Desayuno y hago calentamiento una hora o dos, dependiendo cuándo tengo la clase. Hago la clase y estudio musicalmente todo el día. Paro una hora, estudio musicalmente, paro una hora estudio musicalmente…es prácticamente estar todo el día viendo las notitas o viendo las posiciones de la laringe, hasta que no aguantás más. Hay días que aguanto más y hay días que aguanto menos, porque también hay que saber descansar, que es algo que aprendí tarde. Pero sí, es prácticamente estar todo el día en el teatro, sin pensar en otra cosa, todo el día”, comenta.
A pesar de todo el esfuerzo, ambos coinciden en que vale la pena. “De chiquito siempre fui muy talentoso para cantar y tocar la guitarra, pero traté de ver otras cosas. Soy instructor de Esquí, fui subcampeón en salto en equitación. Hice varias cosas. Traté de estudiar ingeniería, pero una cosa o la otra siempre me trae a lo que más satisfacción me da, a lo que me hace sentir más vivo. (…) Siento que el hecho de cantar y darle una satisfacción a alguien que quizás estaba triste y sale feliz y yo sentirme más feliz porque hice una buena acción, me da más satisfacción que quizás estar todo el día en un centro de esquí y ganando mucha plata, obviamente, pero no me llenaba”, continúa Joaquín.
Verónica se suma a esa idea sin dudarlo. “Yo siempre digo que es una comunión. Entrás en comunión con el público. No hay límites en la energía. Cuando vos das todo y te entregás entera, ahí se da una sincronía tan increíble, que después cuando te tenés que ir a tu casa y comienza la vida real, te preguntás ¿valió la pena? Y sí, lo valió. Eso me llenó muchísimo y creo que es lo que yo le transmití a los chicos”, cierra.
Verónica Cangemi y Joaquín Cangemi ¿qué piensan uno del otro?
Para finalizar, madre e hijo se atrevieron a un pequeño juego y marcaron qué es lo mejor que tiene cada uno. Verónica no dudó. “De Joaquín digo que humanamente es un ser exquisito. Una persona que siempre está a disposición. Un chico que es muy positivo, que es muy estudioso, que es curioso y muy buen hijo. Siempre me llama y me pregunta cómo estoy. Muy cariñoso. Estoy súper orgullosa de tener un hijo tan empático, que siempre está a disposición de los demás y es tan generoso”, cerró.
Joaquín, tampoco tuvo que pensarlo demasiado. “Admiro mucho a mi madre, porque viviendo la carrera, ahora así de joven, no sé cómo tuvo tiempo para ser tan buena madre y ser buena cantante. Porque es verdaderamente tremendo. Admiro a mi madre porque todo lo que me enseñó y que encima haya sido una buena cantante y que me haya inculcado esta cuestión del amor y de cantar como si fuera la última vez y de no tener miedo a nada y de ir para adelante”. Finalizó.
Las entradas para Pagliacci ya están a la venta. Sin dudas se trata de una oportunidad única. Para Verónica Cangemi y Joaquín, significa la chance de subirse a un escenario juntos, con todo lo que eso conlleva. Para quienes asistan, representa una ocasión para ver a dos grandes artistas que ha dado Argentina y que llevan el nombre del país a lo más alto del mundo.
Quién es Nieves Zuberbühler: la periodista argentina que captó la atención de Trump
Emily in Paris temporada 5: todo lo que se sabe sobre la nueva entrega de la serie de Netflix
Así es la nueva la vida de Momo, el hijo de Julián Weich que eligió vivir en la calle y hoy construye su casa de barro en una comunidad