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Para El Vasco, al frente de la cocina de Don Ignacio, nada puede ir directo al plato, todo requiere una transformación, un retoque, una técnica, un detalle. Y esa máxima también la aplicó a la apertura de su restaurante cuando su socio Fito Beroiz le propuso aprovechar un espacio que tenía ocioso.
Cuando El Vasco y Fito recorrieron el lugar (que había sido una parrilla anteriormente), decidieron transformarlo y llevarlo a un tono más moderno, y a toda la madera que ya había en lugar, le sumaron decoración artesanal para generar un espacio ameno, veraniego y bien iluminado.
El proceso también fue transformador para ellos y su personal, que ayudaron a hacerlo realidad y se pusieron al hombro la construcción de este restaurante que finalmente abrió en noviembre de 2021.
Así, con la idea de transformar lo conseguido, impulsan este proyecto que es una cocina de mar y campo, la cual combina lo mejor de la pesca artesanal y la carne que proviene de los campos cercanos.
Pero no se trata solo de cocinar y servir; por eso el pescado en Don Ignacio viene el mero en taco y la pesca del día a la plancha; el master beef a la parrilla pesa 850 gramos, el cordero es un chuletón (marinado con tandoori) y los langostinos se rebozan con coco.
En Don Ignacio hacen lo que mejor les sale que es darle valor agregado a los ingredientes de todos los días para obtener platos con un sello distintivo, siempre manteniendo el lujo de la simpleza que solo permite un equipo de trabajo muy empático y aceitado.
