Camila Perissé continúa luchando por su vida: volvió a contagiarse covid-19 por segunda vez y su esposo, Julio Fernández planea sacarla de la clínica donde está internada por ser un "foco infeccioso".
“A ella le dieron la vacuna hace pocas semanas y por ahora lo lleva bien. Ya hablé y voy a ir a buscarla. Voy a empezarle un nuevo tratamiento. Está lúcida y sabe lo que le está pasando, no está paralizada la parte izquierda pero tiene poca movilidad”, expresó el esposo de la reconocida actriz.
Fernández se quebró al recordar las palabras que Camila Perissé le dijo camino al a internación: “Chino, quedate tranquilo que esto es así. Me llegó la hora”, pronunció. Para él es muy difícil atravesar esto y ver a su mujer de esta manera; se siente muy solo y envuelto en una profunda angustia.
Camila Perissé se encontraba en una clínica psiquiátrica marplatense de alta complejidad, donde había llegado desde la Clínica Pergamino para tratarse un deterioro cognitivo. “Me reconoce, sabe quién es, dónde está, qué es lo que le está pasando. Eso es bueno, pero por momentos se pierde, está débil, casi no tiene musculatura su cuerpo. Está en la cama y se mueve en silla de ruedas”, había revelado Fernández a Teleshow.
En ese entonces, además explicó: “Ya no come y está mal. Tuvieron que trasladarla porque en el lugar donde estaban no podían tratarla. Le pusieron una sonda nasal y otra en el cuello para hidratarla porque tiene un peso muy bajo”.
Camisa Perissé ya tuvo coronavirus: cómo comenzaron sus problemas de salud
En medio de la pandemia y hacía fines de 2020, Camila Perissé sufrió una neumonía que se agravó tras contagiarse coronavirus. Si bien se recuperó del cuadro inicial, las secuelas fueron muy fuertes y la actriz sufrió una recaída empeorada por una gastritis.
“Yo tengo una pensión de 10 mil pesos por mi corazón y Camila cobra 14 mil pesos de jubilación mínima porque están descontando la moratoria de un préstamo. Con 24 mil pesos no se puede vivir, entonces tuve que vender todo el equipo de luces, sonidos, mis herramientas”, dijo por aquellos meses su esposo.
“Primero tuvo dos operaciones de ingle, después de eso una caída porque estaba entrenando, pero estaba bien, estábamos trabajando para nuestro espectáculo en Benítez, que hay calle de piedra, se cayó, y se rompió el fémur. Vinimos a la clínica de Pergamino y le aconsejaron poner tres tornillos y tres meses de silla de rueda, una tortura. Pasaron los tres meses y cuando intentaba caminar, le dolía. Se había necrosado la cabeza del fémur y se tuvo que operar de urgencia y cambiar la cadera izquierda. A partir de esa operación comenzó a tener problemas cognitivos, ¿puedo llamarlo mala praxis? No lo sé, no lo podemos comprobar, pero a partir de ese momento empezaron los problemas“, relató su esposo en ese entonces, sobre todos los inconvenientes que hicieron que la actriz llegara a este punto tan grave de su salud.