Pampita y Roberto García Moritán recibieron hoy 22 de julio a las 9.30 hrs a su primera hija, Ana, en el Sanatorio Otamendi, del barrio de Recoleta de la Capital porteña.
La pequeña Ana nació bajo el signo de cáncer y es por eso que desde CARAS estuvimos investigando sobre cómo será la relación con su madre capricorniana.
Según lo que dicen los astros la compatibilidad entre capricornio y cáncer es muy buena ya que son dos signos que se complementan en varios puntos. Ambas formarán un vínculo fuerte en el que priorizarán la tranquilidad del hogar y la seguridad. Se puede decir que los signos de tierra -como el de la capricorniana Pampita- son compatibles con los de agua (cáncer) ya que ambos se complementan.
La hija Cáncer se sentirá muy a gusto con las comodidades que le brinda la madre Capricornio, siempre atenta a sus necesidades. Las niñas regidas por este signo necesitan calma, avanzar paso a paso. Su crecimiento será consciente y lento, un proceso en el que aprenderá de cada momento. Sin embargo, las exigencias de su madre Capricornio podría agobiarlas un poco, pero podría ayudarla a formar su carácter.
Las niñas Cáncer son conocidas por crear su propio mundo de fantasías y cuentos, encanto difícil de pasar por alto para las madres Capricornio, quienes si bien son las que viven con "los pies en el suelo", sabrán entender las necesidades de sus hijas y acompañarlas en el proceso para que aprendan a ser más realistas.
Con humor y simpatía, las madres capricornianas lograrán permanecer unidas a sus niñas a pesar de las diferencias que las separan.
Cómo será Ana, la hija de Pampita según el signo de cáncer
Nacida bajo el signo de cáncer, la hija de Pampita podría ser una niña muy sensible e inquieta con la que habrá que tener mucho cuidado en cuestiones emocionales.
Las niñas cáncer tienen dificultad para enfrentar críticas, por eso son pacíficas y tranquilas. Los cambios de la luna suele jugarles malas pasadas y les vuelve en ocasiones incontrolables.
Son niñas que necesitan amor y afecto constante, sobretodo porque tienen una frágil autoestima y necesitan una continua reafirmación por parte de los demás, aunque en realidad valoran mucho más las buenas palabras y la simpatía que los besos.
Pueden llegar a tener mal carácter, orgullosas a su manera, y muy celosas. Nunca perdonan y menos olvidan. Priorizan el trato cordial y amable por sobre todo.