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A pocos días de ser mamá de su primera beba junto al músico Juan Ingaramo (32), Violeta Urtizberea (34) espera feliz la llegada de Lila. Inquieta por naturaleza, durante el embarazo la multifacética actriz continuó con sus actividades pero decidió parar hace dos meses, en su séptimo mes de gestación. “Le consulté todo a la obstetra: si podía viajar y continuar con mis obligaciones, y me dijo que sí, siempre que evitara algunos movimientos específicos. En los últimos 60 días me relajé un poco y no asumí ningún trabajo o responsabilidad más”, manifestó la hija de Mex Urtizberea. “No sé qué tipo de madre voy a ser, si voy a estar muy obsesiva o más suelta. Es todo nuevo y trato de no pensar demasiado, me cuesta imaginarme más adelante, quiero que las cosas me vayan sorprendiendo en el momento. Me gustaría tener parto natural aunque lo que más me importa es que mi beba nazca bien”, agregó quien transita la semana 40 , expectante por conocer la cara de su heredera. “Hace cuatro años que estoy de novia con Juan y si bien veníamos hablando del deseo de ser padres, no esperaba quedar embarazada tan rápido. Cuando dijimos ‘ahora’ pensamos que la llegada de nuestro primer bebé iba a tardar más. Pero lo bueno de que todo se diera de forma repentina es que nos evitó la ansiedad de esperar a quedar... Lo que sí es una locura es todo lo que te sucede físicamente, tanto que resulta muy difícil no estar en el presente, en las modificaciones del cuerpo y los movimientos del bebé en la panza. Te van sucediendo cosas nuevas todos los días, muy flasheras, que te mantienen en un presente intenso, y eso está bueno porque te ayuda a transitar todo más relajada. Yo amo la vida tranquila, despertarme con tiempo, desayunar, leer, regar las plantas. Hay algo de la vida de hogar que me gusta mucho”, aseguró por otra parte sobre la convivencia con su pareja. “Juan le canta canciones de María Elena Walsh a nuestra hija para que se duerma con su voz. Yo me dormía con música de mi padre, quien será un gran abuelo. Ya le preparé el cuarto y un placard con su ropita” , comentó Violeta. Acerca de los antojos, confesó que tuvo muchos y todo el tiempo pensaba en qué comer: “De repente aparecieron deseos de algo dulce, por ejemplo, el pochoclo con azúcar. Me compré la máquina y el caramelo lo hacía y lo agregaba yo. Me iba a la cama con un balde de pochoclo todas las noches. Hasta soñaba con ellos. También me daban ganas de comer chocolate con dulce de leche arriba. Siempre me gustó mucho el picante y le ponía más pimentón a todo. Nada me bastaba”, concluyó.
